¡Bienvenidos a la nueva Liga de Granjeros! El dominio del Manchester City y los fracasos europeos han dejado expuesta la mentira de la Premier League

La popularidad global de la Premier League es una obra maestra del marketing. Es un producto perfectamente empaquetado que ha sido exitosamente vendido a todo el mundo.

Sky, del magnate de los medios Rupert Murdoch, jugó un papel fundamental, al elevar la cobertura de los partidos a otro nivel mientras al mismo tiempo aumentaba los ingresos de los clubes, pero también lo hicieron las autoridades al casi erradicar por completo la 'enfermedad inglesa': los hooligans, grandes protagonistas de la década de 1980, fueron identificados y prohibidos de los estadios.

También se aprendieron lecciones de la tragedia de Hillsborough en 1989, que dejó en claro que los estadios, y la manera en que eran manejados en los días de partido, tenían que cambiar. El resultado neto son estadios modernos, con ambiente familiar y siempre llenos a tope, que resultan en una atmósfera que no muchos otras ligas de Europa pueden igualar.

El estilo de juego también ayuda en ese sentido. El fútbol inglés es frenético, rápido y ferozmente competitivo. Cada buen partido se utiliza como una 'gran vidriera para la Premier League' y los aficionados al fútbol de todo el mundo se sienten atraídos por su supuesta intensidad superior.

Incluso cuando no siempre ha contado con los mejores jugadores del planeta, el campeonato inglés aún logra atraer a las mayores audiencias de televisión. El nuevo acuerdo de derechos locales, que va de 2025-26 a 2029-30, tiene un valor de £6,7 mil millones (7,85 mil millones de euros), mientras que la última venta de derechos en el extranjero alcanzó los 5,9 millones de euros, una cifra que se espera aumente al renovarse.

El dinero obtenido debería asegurar que los clubes de mitad de tabla de la Premier League seguirán en posición de gastar mucho más dinero en el mercado de fichajes que los equipos más poderosos del resto del continente durante años, lo que significa una concentración aún más fuerte de talento en Inglaterra.

El departamento de relaciones públicas de la Premier League, sin embargo, tiene un problema por afrontar: la evidente diferencia entre percepción y rendimiento.

Nadie en la organización puede admitirlo públicamente, pero el último triunfo del City es un desastre para la marca Premier League. Durante años, los fanáticos del fútbol inglés se burlaron de los seguidores de las demás 'Cinco Grandes' ligas europeas, a las que desestimaban como 'ligas de granjeros', totalmente carentes de drama y profundidad.

París Saint-Germain era el campeón perenne en Francia (y todavía lo es, siendo justos), Bayern Munich era imbatible en la Bundesliga, Juventus reinaba sin rivales en la Serie A y solo Barcelona o Real Madrid podían levantar el trofeo de LaLiga. En contraste, hubo cuatro ganadores diferentes de la Premier entre 2013 y 2017.

Sin embargo, desde entonces, solo el Liverpool ha logrado superar al Manchester City. Y necesitó un comienzo récord de temporada para lograrlo. El equipo de Guardiola ha elevado el listón tan alto que ni siquiera 97 puntos son suficientes para arrebatarle el título.

Uno obviamente puede señalar el hecho de que ciertas carreras por el título, como la de esta temporada, han sido -al menos en teoría- apretadas y que se definieron recién en el último día de competencia. Pero ¿qué importa si el mismo equipo siempre termina primero? ¿O si es obvio quién terminará por coronarse campeón antes incluso de que comience la temporada? Si hasta cuando en este 2023-24 llegaron a haber tres equipos en la lucha por el título (Liverpool, City y Arsenal), nadie tenía dudas sobre quién levantaría el trofeo al final del campeonato.

Liverpool debería haber vencido al City en Anfield, mientras que Arsenal logró un empate merecido y disciplinado en el Etihad, pero ninguno de los aspirantes logró tomar el trono. Los Reds revitalizados de Jurgen Klopp se quedaron sin energía cuando una serie de lesiones golpeó a una plantilla que compitió en cuatro frentes hasta abril. Mientras tanto, los Gunners fueron básicamente castigado por perder un partido en casa frente a un excelente Aston Villa que acabó clasificado a Champions League. Fue su única derrota en la liga en un 2024 donde sólo dejó otros dos puntos en el camino, justamente en Manchester. Y ni siquiera así le alcanzó.

La afirmación de que, a diferencia de otras ligas donde sólo hay dos o tres equipos importantes, en Inglaterra hay un 'Big Six', últimamente genera risa. Ahora está el City y después todos los demás.

Seamos sinceros: el City ni siquiera estuvo en su prime esta temporada. Kevin De Bruyne estuvo fuera por lesión durante la mitad de la campaña y Erling Haaland marcó 27 goles en la liga, nueve menos que en 2022-23. El hecho de que igualmente ganaran la el título tras mantenerse invictos desde diciembre, no habla nada bien sobre la supuesta competencia de la Premier. Como tampoco lo hace el rendimiento bastante vergonzoso de los equipos ingleses en Europa esta temporada.

El City obviamente podía haber vencido -y debería haberlo hecho- al Real Madrid en los cuartos de final de la Liga de Campeones, pero la mansa eliminación de Arsenal en la misma instancia a manos del Bayern Munich más débil que se ha visto en más de una década dejó muy mal parados a los hombres de Mikel Arteta. Aún así, al menos los Gunners lograron superar la fase de grupos, a diferencia de lo que ocurrió con Newcastle y Manchester United.

En la Europa League, Brighton lo hizo maravillosamente bien al clasificarse directamente a los octavos de final pero espantosamente mal en su eliminatoria contra la Roma, mientras que West Ham tuvo la mala suerte de encontrarse con el brillante Bayer Leverkusen en los cuartos de final. Pero la dura derrota del Liverpool contra Atalanta en la ronda de los mejores ocho, sumada a la paliza del Olympiacos al Aston Villa en las semifinales de la Conference League, resultaron en que Inglaterra perdiera una plaza extra de Champions que se daba por sentada.

Así, resulta imposible sostener desde los hechos la idea de que la Premier League está llena de equipos de primer nivel. A comienzos de la actual temporada, algunas personas argumentaban que si el Brighton compitiera en la Serie A, sería campeón sin mayores problemas: en marzo, las Gaviotas se volvieron de Roma con una categórica derrota 4-0.

Por lo tanto, mientras muchos fanáticos ingleses son completamente indiferentes al éxito sostenido del City, en el resto del continente muchos disfrutan por la forma en que el dominio abrumador del equipo de Guardiola ha dejado expuesta la gran mentira de la Premier League.

Muchos seguidores de la Premier League han menospreciado a otras ligas durante largos años debido a la supuesta emoción, calidad y competitividad superior que se muestra en la máxima categoría de Inglaterra. Pero es una ilusión, un producto de la imaginación colectiva, pura propaganda.

¿Tienen sus problemas las otras cuatro grandes ligas? Absolutamente. Hay una razón por la cual tantos clubes continentales de élite están a favor de crear una Superliga. Saben que no pueden competir con la Premier League en cuanto a comercio e ingresos.

Pero ninguna otra liga europea ha visto a dos equipos sufrir deducciones de puntos esta temporada mientras que sus campeones esperan el resultado de un juicio centrado en cargos de tal gravedad que podrían invalidar completamente los últimos 15 años de competencia. Es un pensamiento aterrador, casi demasiado terrorífico para siquiera intentar comprender, por lo que no es de extrañar que muchos aficionados prefieran simplemente no pensar en ello.

Por supuesto, el City dice que no ha hecho nada mal. En el club aseguran que tienen un cuerpo irrefutable de pruebas que demuestran su inocencia. Pero podría pasar otro año antes de que se llegue a un veredicto. Mientras tanto, la Premier League y sus socios seguirán tratando de convencer a sus clientes de que este es un producto que vale la pena pagar, una marca que vale la pena respaldar, una competición que en realidad es competitiva.

Es una tarea poco envidiable, hecha aún más difícil por este último triunfo del City. De hecho, el domingo por la noche, Richard Masters fue al Emirates en lugar del Etihad. Ni siquiera el CEO de la Premier League quería estar involucrado en las inevitables celebraciones del City. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que los aficionados decidan que tampoco quieren tener nada que ver con esta supuesta competición?