Sigue siendo una idea difícil de asimilar. Hace seis meses, Salah estaba elogiando a Arne Slot por darle la libertad de causar estragos en la Premier League. En Elland Road el sábado pasado, efectivamente acusó al holandés de convertirlo en el chivo expiatorio por las dificultades del campeón esta temporada.
Personajes como Steven Gerrard todavía esperan que prevalezca el sentido común, que se encuentre una forma de recibir a Salah de nuevo en el grupo después de que fue descartado para el viaje a Milán a mitad de semana. Pero gracias a la intrépida labor informativa de Clarence Seedorf, supimos después de la victoria por 1-0 sobre el Inter en San Siro que Slot no está de humor conciliador. Como resultado, se espera que Salah vuelva a ser excluido del equipo para la visita de Brighton, lo que significa que posiblemente ya hayamos visto lo último de 'El Rey Egipcio' con la camiseta del Liverpool.
Es una situación desesperadamente triste, especialmente para los aficionados, pero no es algo en lo que la directiva realmente pueda permitirse detenerse si la relación entre el gerente y el jugador realmente está rota sin remedio. De hecho, el único aspecto positivo de esta situación tremendamente negativa para el Liverpool es que hay un jugador disponible en el mercado de transferencias de enero que ayudaría a llenar el enorme vacío dejado por el tercer máximo goleador en la historia del club...










