Los partidos más memorables de Pep Guardiola contra el Real Madrid: los buenos, los malos y los feos

El partido en el que el mundo del fútbol empezó a tomar nota de hasta dónde llegaban las capacidades de Guardiola como entrenador. El Barça ya estaba sorprendiendo a los espectadores en la temporada debut de Pep como entrenador del primer equipo y había ganado su primer Clásico en el Camp Nou, pero el Madrid estaba empezando a acercarse a su equipo en la tabla bajo el mando de Juande Ramos y una victoria para el equipo blanco en el Bernabéu los habría puesto de nuevo en la lucha por el título.

Gonzalo Higuaín le dio la ventaja al Madrid, pero tras la desventaja el Barcelona salió con todo a por ello y produjo una actuación absolutamente formidable. Y todo fue gracias al plan secreto de Guardiola para Lionel Messi, a quien alineó como un 'falso nueve' por primera vez, con consecuencias devastadoras y que cambiarían para siempre la historia del fútbol.

José Mourinho era visto como el hombre que podría restablecer al Madrid como la fuerza dominante en España, especialmente después de que su Inter hubiera eliminado al Barça de la Champions League la temporada anterior. Pero en su primer Clásico como entrenador del equipo blanco, el equipo del portugués fue aniquilado.

Xavi y Pedro comenzaron con goles tempranos antes de que David Villa anotara dos veces y Jeffren completara la paliza, lo que llevó a un alegre Gerard Piqué a levantar sus cinco dedos en celebración, en una manita que quedó para la posteridad.

Fue uno de los grandes espectáculos de rueda de prensa de todos los tiempos, seguido de uno de los mejores goles de la historia. Guardiola había sido objeto de burlas por parte de Mourinho más temprano en el día tras una amarga derrota en la final de la Copa del Rey solo cuatro días antes y entró en la sala de prensa en el Santiago Bernabéu con determinación. Llamó a Mourinho "el puto amo" cuando se trataba de enfrentarse a los medios, pero dijo que su equipo hablaría en el campo en el partido de ida de las semifinales de la Champions League.

Y exactamente eso hizo el Barça. Mourinho ideó un esquema táctico ultradefensivo con Pepe en el centro del campo, lo cual le salió mal cuando el portugués fue expulsado. El equipo de Pep aprovechó el espacio extra y Messi rompió el empate antes de marcar un segundo gol extraordinario, esquiando entre la defensa del Madrid desde la línea del centro del campo antes de marcar.

Incluso dentro de la larga historia de rivalidad entre Barcelona y Real Madrid, probablemente nunca hubo más tensión entre ambos clubes como cuando se enfrentaron en la Supercopa de España apenas tres meses después de su inolvidable serie de cuatro partidos en un período de dos semanas.

El primer partido en el Bernabéu terminó 2-2 y la vuelta en el Camp Nou fue épica. Cristiano Ronaldo igualó el gol inicial de Andrés Iniesta y luego Karim Benzema volvió a empatar después de que Messi hubiera restaurado la ventaja del Barça. Pero Leo, como es habitual, tuvo la última palabra, al menos en el campo de juego.

El argentino marcó en el minuto 88 para asegurar el trofeo para el Barça, pero lo que más se recuerda de aquella noche es el dedo en el ojo de Mourinho al asistente de Guardiola, Tito Vilanova, en un furioso rifirrafe entre los dos banquillos cuando finalizó el encuentro.

Todos los ciclos virtuosos deben llegar a su fin en algún momento y la gloriosa era de Guardiola con el Barcelona terminó efectivamente cuando Ronaldo hundió a su equipo con mucha calma en el Camp Nou.

El Barça había protagonizado un resurgimiento tardío en las semanas previas al segundo Clásico de la temporada de LaLiga y había alcanzado al Madrid hasta el punto en que una victoria los habría puesto sólo una unidad por detrás de sus eternos rivales. Pero Mourinho había estudiado al Barça de Pep en 10 ocasiones para este momento y tenía el plan de juego perfecto, que le permitió regresar a casa con una ventaja de siete puntos sobre su perseguidor. La diferencia resultó ser inalcanzable y el Madrid ganó el título con una cifra récord de 100 puntos.

El equipo blanco lideró la mayor parte del partido con un gol de Sami Khedira, pero Alexis Sánchez igualó el marcador a mediados del segundo tiempo. Sin embargo, el alivio del Barça duraría menos de cuatro minutos, ya que Ronaldo venció la trampa del fuera de juego y disparó al primer palo, para luego celebrar de cara a la afición del Camp Nou con el recordado gesto de "calma". Solo seis días después, Guardiola anunció que dejaba el Barça.

Después de un año sabático en Nueva York para recargar sus baterías antes de hacerse cargo del Bayern, Guardiola volvió a su elemento, en una semifinal de la Champions League contra el Madrid. Su equipo había perdido el primer partido en el Bernabéu aunque había monopolizado el balón, pero la confianza seguía alta para conseguir una remontada en Múnich.

Guardiola se desvivió analizando qué formación desplegar en el segundo partido, pero después de hablar con sus jugadores cedió a la presión de ir a por todas y atacar al equipo de Carlo Ancelotti. Antes del partido dijo al equipo: "Van a salir a hacer daño. Vayan a por la yugular. Son alemanes, así que sean alemanes y ataquen".

El plan salió mal y el Real Madrid arrasó con una victoria por 4-0 gracias a sendos dobletes de Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo. Guardiola estaba furioso, sobre todo consigo mismo por ir en contra de sus instintos. Como le dijo a su biógrafo, el periodista Martí Perarnau: "Me equivoqué, hombre. Me equivoqué totalmente. Es un monumental error. Un desastre total. El mayor error de mi vida como entrenador".

El City había superado al Madrid en el primer partido de su semifinal de la Liga de Campeones, pero el equipo blanco, como siempre, se mantuvo en el juego y regresó a España con una digna derrota por 4-3 gracias a un penal de Karim Benzema al final del partido.

El equipo de Guardiola hizo todo bien en el segundo partido también y controló el juego antes de que Riyad Mahrez anotara en el minuto 73 para sacar una ventaja de dos goles en la eliminatoria. Los aficionados estaban listos para reservar sus vuelos a París para la final, pero si el Madrid ha enseñado algo al fútbol en su historia es que nunca hay que darle por derrotado.

En el descuento, Rodrygo anotó dos goles en menos de dos minutos para enviar la eliminatoria a tiempo extra. El City estaba agotado y un penal de Benzema envió al Real Madrid a la final, tras completar su tercera remontada consecutiva en aquella Champions y condenar a Guardiola a otra eliminación agonizante. Más tarde, Pep se refirió a la derrota como "tragar veneno".

"Cuando nos tocó el Madrid en el sorteo dije 'lo quiero'", recordó Guardiola justo después de que su equipo hubiera superado al Real y asegurado su lugar en la final de la Liga de Campeones. Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, y más de un año había pasado desde la dolorosa eliminación en el Bernabéu.

El City no mostró remordimiento y en la vuelta de las semifinales en el Etihad jugó a la perfección contra el campeón defensor: Bernardo Silva anotó dos veces en la primera mitad y Manuel Akanji y Julián Álvarez remataron en la segunda.

Guardiola no pudo contener su alegría y elogió la actuación como la mejor de su larga y brillante carrera como entrenador.