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Argentina Post Messi

La Selección argentina recorre el camino del post Messi con un Leo físicamente disminuido dentro del plantel en la Copa América

La Selección argentina no podía empezar mejor su paso por la Copa América, luego de superar la fase de grupos con tres victorias y sin goles en contra, dejando en el camino a Canadá, Chile y Perú. Sin embargo, en los cuartos de final ante Ecuador, el 10 estuvo "ausente" pese a jugar los 90 minutos, con un estado físico notoriamente disminuido y hasta fallando su penal en la serie, algo que refuerza una idea que cada vez gana más fuerza: ya no puede ni debe ser imprescindible.

Que no se malentienda el concepto: Leo tiene que ser titular siempre que esté disponible. Siempre, sin peros. A sus 37 años, semi retirado en la MLS, cada vez más complicado físicamente, sigue siendo determinante. La Pulga, mientras esté en actividad, seguirá siendo el mejor jugador del mundo, seguido por él mismo cansado y, después, él lesionado.

Pero la Albiceleste afrontó el certamen con la mentalidad de que el futuro está llegando y, aunque cueste, debe imaginar el DDM (Día Después de Messi). Pero nada mejor que sea de manera indolora, como parece ocurrir en Estados Unidos.

  • EL FÍSICO PASA FACTURA

    Desde el inicio de la temporada de la Major League Soccer 2024, el 21 de febrero, hasta la fecha disputada el 1° de junio, la última antes de sumarse a la Selección argentina, Lionel Messi participó de 15 de los 22 partidos disputados por Inter Miami. Y cinco de los siete partidos en los que estuvo ausente se debieron a problemas físicos, con el desgarro isquiotibial derecho como principal motivo.

    Con los 37 años recién cumplidos y luego de 12 meses afuera de la intensidad de Europa, sus recuperaciones demoran más tiempo y el fútbol de los Estados Unidos le da ciertas licencias para poder recuperarse de manera más lenta, sin tantas exigencias.

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  • UNA COPA CON URGENCIAS

    Donde no sobran los días es en la Copa América y la molestia que encendió las alarmas en el partido frente a Chile, cuando recién iniciaba, es la que le impidió sumar minutos contra Perú y, ante Ecuador, lo tuvo desde el arranque pero notoriamente errático y falto de ritmo.

    La presencia de Leo en la competencia debe dividirse en cuatro: un partido casi en plenitud contra Canadá, en la que asistió a Lautaro en el segundo gol y, en un pase similar, habilitó a Mac Allister para que anticipe y le entregue la pelota a Julián Álvarez; ante Chile, tocado, no pudo desplegar su juego desde el primer "pinchazo" y, aunque completó los 90 minutos, estuvo lejos de su brillo; el tercero, frente a Perú, sentado en el banco de suplentes; y ante los ecuatorianos, en cuartos, desconocido para su nivel y fallando un penal en el que intentó picarla y reventó el travesaño.

    Con sus condicionantes, muy poco por ahora para quien se señalaba como el portador de la bandera de la MLS en la competencia disputada a lo largo y a lo ancho del extenso territorio estadounidense.

  • CAPITANÍA BIEN CUIDADA

    Está claro que, cuando falta la Pulga, el dueño de la cinta de capitán es Ángel Di María, el otro histórico que lleva una década y media en la Albiceleste, que pasó por el infierno y tocó el cielo en el Maracaná, en Wembley y en Lusail.

    Pero con los días contados en el equipo, en el certamen que pondrá fin a su historia internacional, el brazalete ya tiene un heredero: Rodrigo De Paul. En una de sus últimas entrevistas, Leo narró como el mediocampista, el futbolista que más partidos jugó en el ciclo Scaloni, fue el encargado de insertarlo en un grupo nuevo, joven y muy distinto al que caminó junto al 10 durante gran parte de su vida en el seleccionado.

    Fue el Motorcito el que rompió el hielo para unirlo a un plantel que había transitado su infancia y adolescencia viendo sus proezas en Barcelona, pero que debía bajar el póster y tenerlo como compañero. Esa amistad se ve en cada reunión y hoy son inseparables, mientras el de Atlético de Madrid se afianza como referente para los próximos años.

  • EL POST MESSI, MÁS TEMPRANO QUE TARDE

    Messi tiene un sueño, un deseo, un objetivo: ser el primer futbolista en disputar seis Mundiales en la historia de la máxima competencia de selecciones. Para ello, deberá mantenerse vigente durante los próximos dos años hasta que comience la cita, nuevamente en Estados Unidos, que comparte la sede con México y Canadá de la edición 2026.

    Sin embargo, hay una cuestión que nadie puede dar por segura y es cuántos partidos de Eliminatorias lo tendrán presente. Y entonces, sin la Pulga ni el Fideo, será el tiempo de reformular el equipo y la manera de jugar, con dos candidatos a ingresar a la alineación sin la necesidad de ser literalmente el sucesor, un concepto prácticamente imposible: Julián Álvarez y, por qué no, Alejandro Garnacho.

    La Araña ya mostró todas sus credenciales en Qatar, donde terminó como el segundo máximo anotador del equipo. Pero necesitará apoyarse en la continuidad a nivel clubes, en busca de ser "cabeza de ratón y dejar de ser "cola de león" en Manchester City, además de comenzar a forjar la sociedad con Lautaro que todavía no pudo verse.

    El camino de Garnacho es muy distinto: ni siquiera nació en Argentina, pero eligió ser argentino. Y después de dos temporadas, Manchester United debe empezar a edificar su proyecto sobre su figura, aunque recién tenga 20 años. Con un juego eléctrico y vertical, nadie sabe dónde puede estar su techo.

  • LEO MERECE DISFRUTAR

    Durante larguísimos años, los fanáticos messistas repitían como mantra que a a Messi "hay que disfrutarlo porque un día no va a estar más". Eran los tiempos más difíciles, que iban de frustración en frustraciones, finales perdidas y derrotas dolorosas.

    Pero la historia giró 180 grados el 10 de julio del 2021 en el Maracaná y nada fue igual. Esa noche, el 10 se sacó una mochila que pesaba toneladas y vivió una felicidad que solo podía ser superada por el Mundial ganado el 18 de diciembre del 2022 en Qatar.

    Leo se ganó el derecho a seguir en la Selección argentina por amor, porque ya logró todo. Pero lo hace porque es un animal de la competencia, que hasta el último día de su carrera intentará superarse. Por eso, mientras los hinchas viven lo que pueden ser sus últimas hazañas, él se ganó el derecho a gozar.

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