Rozencwaig, Manel Angel Torras, Marc Alberto Torras y Manuel Morillas son nombrados como los empresarios involucrados en el escándalo. Supuestamente crearon una aplicación y su propia criptomoneda y planearon vender NFTs de los futbolistas involucrados a €450 cada uno. Los fondos fueron recibidos de los 12 demandantes, pero el proyecto nunca se llevó a cabo y los empresarios desaparecieron rápidamente.