Hannah Hampton desafía las expectativas y se consagra como arquera de clase mundial en las Leonas

La promesa de Hampton como futbolista fue evidente desde muy joven, aunque no inicialmente como portera. Tras mudarse a España a los cinco años, la originaria de Birmingham fue descubierta por la academia del Villarreal, donde jugaba como delantera. No cambió de posición hasta regresar a Inglaterra unos años después e integrarse al sistema juvenil del Stoke City.

Sin embargo, esa formación en un club como el Villarreal contribuyó a desarrollar una de sus grandes fortalezas como portera moderna: su técnica y capacidad para distribuir el balón. Combinado con reflejos agudos y buena lectura del juego, sumado a su traslado a Birmingham, donde contó con un entrenador —el actual técnico del Manchester United, Marc Skinner— que confiaba en el talento joven y lo potenciaba, Hampton debutó en el primer equipo con apenas 16 años.

A los 18 años, ya era la portera titular del Birmingham; a los 19, fue convocada por primera vez al equipo senior de Inglaterra como jugadora de entrenamiento; un año después, tras su traslado a un ambicioso Aston Villa, recibió su primera convocatoria oficial con las Leonas; y a los 21 años, debutó internacionalmente con el equipo mayor.

Aunque su historia pueda parecer sencilla en ese aspecto, ha sido todo lo contrario. Hampton nació con una grave afección ocular que llevó a los médicos a decirle que no debería jugar al fútbol. Se sometió a tres cirugías antes de los tres años para corregir el desalineamiento provocado por el estrabismo, aunque no con éxito total. A los 12 años, le diagnosticaron alteración en la percepción de la profundidad. "No puedo juzgar distancias", explicó en una entrevista. "¡Así que ser portera realmente no tiene mucho sentido!"

Hampton se abrió sobre estas dificultades en una entrevista con el medio i: "Al principio no sabía que lo tenía y muchas veces la pelota me golpeaba en la cara. Tuve que ajustar mi posición para mantener las manos fuera y poder recibir el balón. ¡Intentar atraparla es bastante difícil! He tenido muchas hemorragias nasales. Muchos dedos rotos. Intentaba cogerla y golpeaba la parte superior. Todos se han roto con los años. Y fue entonces cuando empecé a corregirlo porque ya estaba harta."

Es admirable que Hampton haya superado estos obstáculos para no solo ser portera, sino convertirse en una guardameta de clase mundial. "Probablemente he desafiado todos los pronósticos", admitió con humildad.

También surgieron más obstáculos en su camino mientras intentaba pasar de ser una guardameta establecida en la WSL a convertirse en una de las mejores del mundo, representando ahora a uno de los clubes más grandes, el Chelsea, y siendo titular para Inglaterra, las campeonas europeas consecutivas.

Uno de esos retos llegó poco después de formar parte del equipo de las Leonas que ganó la Eurocopa en 2022. Hampton se perdió las dos siguientes concentraciones de Inglaterra, y Sarina Wiegman explicó a los periodistas: "Tiene algunos problemas personales que necesita resolver, así que para ella en este momento es mejor quedarse en su club". Semanas después, The Guardian publicó una historia señalando que fuentes afirmaban que Hampton había sido descartada "por su comportamiento y actitud en las concentraciones". Esto fue desmentido por la propia jugadora, quien publicó una foto desde una cama de hospital diciendo que había “estado lidiando con un problema médico desde hace un tiempo” y necesitaba “un pequeño procedimiento” para solucionarlo.

Los eventos en Aston Villa aumentaron la confusión. En ese mismo período, la entrenadora Carla Ward afirmó que Hampton estaba "disponible" para jugar contra el Chelsea, pero fue excluida del equipo debido a "algo que sucedió" y consideró que "era mejor para el equipo y la plantilla que ella se quedara en casa". Días después, Ward explicó que Hampton sufría una "lesión muscular recurrente" que requería un pequeño procedimiento médico. Todo esto puso a la joven guardameta en el foco mediático, pero no de la manera que ella hubiera deseado.

“No creo que realmente estuviera preparada para el lado negativo de los medios,” dijo Hampton a ITV a principios de este año. “Quería dejar el fútbol. Quería dejarlo todo. No me gustaba. No sabía a quién acudir porque sentía que todos estaban en mi contra. Para lograr lo que quiero y alcanzar todas las metas que me he propuesto, tienes que enfrentar la adversidad. Tienes que empujarte a ti misma a superar situaciones desagradables. Siempre quiero demostrar que están equivocados. Desde el principio, lo he hecho, y esto fue solo otro obstáculo para mí.”

Hampton demostró su capacidad para sobreponerse a las adversidades con lo que vino después. Regresó a la portería del Villa unas semanas más tarde, volvió a la escena internacional con Inglaterra en abril del año siguiente y fue parte del equipo de las Leonas que alcanzó la final del Mundial Femenino, además de concretar un gran traspaso al Chelsea ese mismo verano. Sin embargo, fue después de ese torneo cuando su trayectoria internacional comenzó a despegar realmente.

Hasta ese momento, Mary Earps era la indiscutible número uno de Inglaterra. Brilló en la Eurocopa y el Mundial, ganando premios consecutivos a la Mejor Jugadora de la FIFA y otros múltiples reconocimientos, alcanzando el mejor puesto que cualquier portera ha logrado en la votación del Balón de Oro Femenino.

Pero Hampton empezaba a destacar con el Chelsea y a presionar cada vez más a su compañera internacional por la camiseta número uno. En abril de 2024, jugó un partido competitivo en lugar de Earps, algo que no ocurría desde hacía 18 meses, cuando Ellie Roebuck lo hizo, y aprovechó al máximo las oportunidades tras la lesión de la número uno durante el verano.

A medida que el año avanzaba, quedó claro que Hampton emergía como la principal candidata para ser la portera titular de las Leonas en la Eurocopa 2025 y, a principios del año siguiente, estaba —en palabras de Wiegman— “un poco por delante”.

Cuando Earps anunció su sorprendente retiro una semana antes de que se anunciara la lista oficial de Inglaterra para el torneo, se supo que Wiegman le había comunicado que Hampton sería la número uno, un factor clave en esa decisión. Fue un gran cambio para la joven de 24 años, menos de tres años después de que su futuro internacional estuviera seriamente en duda en los medios.

Pero aunque Hampton demostraba una y otra vez ser una portera increíble para Inglaterra, realizando grandes actuaciones en cada concentración y logrando arrebatarle la camiseta número 1 a una de las mejores guardametas de las Leonas, enfrentaba otro desafío: algunos aficionados del equipo estaban descontentos con que ella estuviera bajo los palos este verano en lugar de Earps.

“Es duro cuando ves que los fans ingleses no te quieren en la portería, no te quieren en el equipo”, dijo Hampton a ITV. “Es difícil porque no he hecho nada para que me odien. Sí, tu jugadora favorita se ha retirado, pero esa no fue mi decisión. Así que cuando escuchas a la gente decir ‘No la queremos’, es complicado. Entonces solo se trata de demostrarles que están equivocados.”

“No quieres que te derrumben ni que te quiten la sonrisa de la cara —y créeme, no voy a dejar que eso pase—, pero es duro ver que los aficionados no te quieren en la portería.”

Lo que Hampton hizo en la Eurocopa 2025 demostró claramente que quienes dudaban estaban equivocados. No hubo portera más impresionante en Suiza el mes pasado que la joven de 24 años, que afrontó su primer gran torneo como titular con confianza y solidez. Ya fuera por su capacidad para detener tiros, su precisión en la distribución o su habilidad para brillar en los momentos cruciales, hubo mucho que admirar.

La presión fue constante durante todo el torneo. Si Hampton hubiera ofrecido actuaciones por debajo de lo esperado o hubiera mostrado inseguridad bajo los tres palos, la decisión de Wiegman de elegirla sobre Earps habría sido duramente cuestionada. No estaba reemplazando a una portera cualquiera; asumía el lugar de una de las mejores en los grandes escenarios.

Pero Hampton hizo que esas dudas se desvanecieran por completo, respaldando una campaña de triplete con el Chelsea y ofreciendo una Eurocopa excepcional que la convirtió en heroína nacional y, contra todo pronóstico, consolidó su estatus como portera de clase mundial.