De regreso en la Premier League, mientras el Arsenal continúa escapándose en la cima, la difícil temporada del vigente campeón inglés tocó un nuevo fondo el sábado, cuando el Liverpool cayó 3-0 ante el Nottingham Forest en Anfield. Los abucheos desde el Kop reflejaron el descontento general, en una tarde que marcó la sexta derrota liguera de los Reds. El equipo se desploma ahora a la mitad baja de la tabla, apenas seis meses después de las celebraciones que acompañaron la conquista del título en mayo.
Las victorias consecutivas frente al Aston Villa y al Real Madrid parecían indicar que el conjunto de Arne Slot había enderezado el rumbo antes del parón internacional, pero la derrota ante el Manchester City, seguida ahora por esta humillación ante el equipo de Sean Dyche, ha reavivado las dudas. Algunos ya cuestionan si Slot tiene la capacidad táctica para frenar la caída o si el club tendrá que plantearse un cambio en el banquillo si la tendencia continúa.
“Definitivamente estamos defraudando al entrenador, pero también nos hemos defraudado a nosotros mismos”, declaró el capitán Virgil van Dijk, intentando bajar la presión sobre su compatriota. “Ahora mismo es un desastre, así de simple. Como campeones, no podemos permitirnos estar en esta situación.”
Llamarlo "desastre" incluso podría quedarse corto. El Liverpool no solo es el campeón defensor, sino también un equipo que invirtió más de 400 millones de libras en reforzar la plantilla, encabezado por el fichaje récord nacional de Alexander Isak. El delantero volvió al once inicial el sábado, pero apenas tocó el balón 15 veces en otra actuación para el olvido. Isak se ha convertido en el primer jugador del Liverpool en perder en cada uno de sus primeros cuatro partidos como titular en la Premier, aunque está lejos de ser el único responsable del mal momento. Por ahora, resulta difícil vislumbrar una salida clara para Slot y su equipo.