El Real Madrid no debería tener prisa por fichar a Kylian Mbappé: el PSG no quiere dejarlo marchar gratis y tendrá que escuchar la propuesta 'blanca'

Este no es un escenario nuevo. Los jugadores siempre han forzado su salida negándose a firmar nuevos contratos. Lo novedoso es el poder de Mbappé. Cuando firmó su ampliación de contrato, se aseguró el control de su futuro, al mismo tiempo que se convertía en el jugador mejor pagado de la historia del fútbol.

Es probable que el PSG supiera que este acabaría siendo el desenlace final. Aunque también cabe la posiblidad de que mantuvieran la eperanza de retenerlo con las cláusulas de "prima por fidelidad", un pago anual de 70 millones de euros.

Pero ha ocurrido lo contrario. Los parisinos han dado a Mbappé un poder financiero y futbolístico sin precedentes, permitiendo que el futbolista tenga más poder que el club. Parece que no haya prima anual, campaña publicitaria o cántico en el Parque de los Príncipes que pueda superar el encanto de jugar en el Real Madrid.

Lo que el PSG no había previsto es la velocidad a la que Mbappé ha forzado su salida. Cuando se supo que no iba a hacer uso de la opción de su contrato para quedarse hasta 2025, el club se enfadó, pero todavía tenían cierto poder de negociación. De hecho, mientras el francés no hiciera más comentarios sobre el asunto, podían fijar su precio.

Pero con sus declaraciones Mbappé ha inclinado la balanza en contra del PSG. Su poder negociador se desmorona. Querian sacar un precio cercano a los 200 millones de euros por él, pero con esta nueva situación, el Madrid no está dispuesto a pagar tanto. Es cierto que necesitan un delantero pero han sabido jugar sus cartas y están demostrando que pueden esperar y ficharlo el próximo verano, gratis.

Y todo esto le viene bastante bien al Madrid. El presidente del club, Florentino Pérez, es conocido por ser un negociador duro pero paciente, como lo fue en el caso de Jude Bellingham. Además, hay que sumarle que llevan todo el verano actuando con sensatez. Han ejercido la opción de recompra que tenían de Fran García o Barhim.

Pero no todo ha sido tan fácil. El inesperado adiós de Benzema, a la Saudi Pro League, les ha dejado con un hueco en la delantera. Es probable que si Benzema se hubiera quedado, esto no habría pasado; los blancos no tendrían la necesidad de gastar en un delantero de talla mundial cuando ya disponen de uno.

Ahora, sin embargo, se han visto obligados a dar un golpe sobre la mesa. Y es ahí donde el PSG pensó que podría haber tenido una especie de ventaja. El Madrid, hasta cierto punto, necesita fichar a Mbappé, pero pueden permitirse esperar a que todo esté a su favor.

Si acaba vendiendo, el PSG espera que haya alternativas. Fabrizio Romano ha informado de que están dispuestos a escuchar otras ofertas, y ha habido rumores de que el Liverpool y el Arsenal podrían hacer una oferta. El sueño de los parisinos sería no sólo negarle a Mbappé un futuro en el Madrid, sino también verle marcharse a otro sitio por más dinero del que ofrecían los blancos.

Y hay algunos clubes ricos por ahí. Pero el competidor monetario más obvio del Madrid, el Manchester City, tiene a Haaland. El Manchester United trabaja con un presupuesto limitado y tiene varias áreas que abordar. El Bayern de Múnich busca un delantero pero parece haberse centrado en Harry Kane.

Todas estas alternativas parecen fantasiosas. El PSG puede hacer sus deberes entablando conversaciones en otros lugares, pero Mbappé quiere jugar en la capital española y no parece que haya competidor.

Por lo tanto, es probable que el equipo francés tenga que venderlo cuanto antes. Durante las últimas tres semanas se ha informado de que el PSG sólo le da a Mbappé una semana más para dar un giro a la situación y firmar una nueva renovación. Pero cada día que pasa, ven cómo se reducen sus posibilidades de maximizar sus beneficios.

A estas alturas, el Madrid no tiene que hacer nada, se encuentra en una posición de comodidad. Los blancos pueden estar casi seguros de que Mbappé quiere jugar para ellos, al tiempo que cuentan con el hecho de que no aceptará un trato en otro lugar. Pueden sentarse y ver cómo el PSG implosiona antes de arrebatarle su delantero por mucho menos de lo que vale.