Existen ambos aspectos en el juego de Amad. No está solo en ser un maravilloso jugador ofensivo que aún no ha dominado el arte de ganar cabezazos en su propia área o de poder frenar a extremos veloces y ágiles.
La diferencia es que, a diferencia de otros grandes jugadores ofensivos de la Premier League, a él se le pide llevar a cabo esas tareas defensivas semanalmente al operar como carrilero en la formación 3-4-3 de Ruben Amorim. En algunos partidos ha salido airoso, pero el Forest pareció centrarse en Amad y expuso con éxito sus vulnerabilidades. Sería recomendable que los próximos rivales del United - Tottenham, Everton y Crystal Palace - hicieran lo mismo.
El escrutinio sobre el papel de Amad en el equipo ha destacado aún más las limitaciones de la formación de Amorim y le ha dado al entrenador otro problema que debe confrontar.








