Los investigadores descubrieron que el contrato originalmente firmado con Malcom incluía pagos de 10 millones de euros repartidos en tres años, que luego se cambió a 1,5 millones de euros directamente y 8,4 millones de euros canalizados a través de BFE. Esta alteración, descrita como una “modificación clara” por los agentes de Mossos, eliminó efectivamente la retención del impuesto sobre la renta del jugador de alrededor del 50 por ciento.
Más pruebas señalaron un segundo “acuerdo marco” entre el Barca y BFE, antedatado a 2019 pero en realidad firmado en 2020. De 12 facturas examinadas, nueve se consideraron no relacionadas con servicios reales, lo que podría equivaler a una facturación falsa por un total de 740,000 euros. La policía sugiere que estos fueron diseñados para completar los 10 millones de euros adeudados a los intermediarios durante el acuerdo con Malcom.