No hubo una emotiva despedida frente a los aficionados en el Etihad, Walker optó por despedirse del club en una publicación de Instagram. Ni siquiera hubo una cena elegante en el centro de Manchester como la que Manuel Akanji celebró esta semana, que Walker atendió. En cambio, Walker marcó la noticia con un evento de bebidas discreto con algunos compañeros de equipo y se fue a dar un paseo en la nieve con sus amigos acompañado de latas de cerveza.
Su mudanza a Milán no funcionó como se planeó y el equipo de la Serie A finalmente decidió no ficharlo de forma permanente por solo £4 millones ($5 millones). Fue el último revés en una carrera brillante que había declinado dramáticamente, con Walker afirmando más tarde que se había convertido en un chivo expiatorio por las luchas del City la temporada pasada.
Luego estuvo la agitación fuera del campo, la prolongada disputa entre él, su esposa Annie Kilner y la amante Lauryn Goodman. El traslado a Milán no ayudó precisamente en su vida personal, particularmente cuando fue fotografiado saliendo de un club nocturno con dos mujeres el día después de que su esposa había regresado a Inglaterra con sus cuatro hijos.
Pero ahora Walker ha retomado cierta normalidad con su regreso a la Premier League con el Burnley. Su caótica vida familiar parece haberse estabilizado. Y, el sábado, debería recibir la recepción que merece cuando regrese al Etihad Stadium para enfrentar a su antiguo club por primera vez...




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