Desde principios de primavera, el PSG tenía claro que Christophe Galtier no sería su entrenador de la temporada 23/24. Su despido era cuestión de tiempo. La decisión estaba tomada. Podían empezar a buscar un nuevo candidato. Adelantarse a sus rivales en la contratación del mejor técnico posible.
Primero sonó la vuelta de Tuchel. No se confirmó y acabó recalando en el Bayern antes de que despidieran al técnico francés. Luego, Mourinho fue la opción. Su cáracter gustaba y la forma de trabajar encandilaba a la directiva. Pero el portugués decidió seguir en la Roma. Tras él, Nagelsmann era el principal candidato. Joven, tácticamente astuto y con carácter. Parecía hecho a medida. Cuando todo estaba a punto de concretarse, su contratación se vino a bajo.
Al final, Luis Enrique ha acabado siendo el hombre escogido por la directiva del PSG. Las credenciales están ahí. Ha ganado la Liga de Campeones, ha hecho el triplete, ha dirigido a los mejores jugadores y ha jugado un fútbol atractivo. Y pese a ello, el español es el cuarto nombre en la lista. Claro indicativo de la situación del club.
El PSG se ha encontrado con más dificultades de las esperadas en la búsqueda de su próximo entrenador. Son el tercer mayor presupuesto de Europa pero el proyecto que ofrecen está cuestionado por el caos habitual de su banquillo.
En GOAL desgranamos el proyecto del PSG.







