En el momento de su suspensión, Gómez había mostrado frustración ya que sentía que había sido castigado severamente. El ganador de la Copa del Mundo le dijo a Corta: "Tomas cocaína, fumas un porro y te dan seis meses. Yo obtuve dos años por tomar el jarabe para la tos de mi hijo. ¿Quién entiende eso? Pero bueno, lo obtuve y aquí estoy, aún fuerte. Sí, estaba realmente enojado, realmente furioso. Al principio me costó ver fútbol; apagué la televisión. Para mí, el fútbol estaba muerto. Me aislé y comencé a trabajar con un psicólogo porque era un ciclo del que no podía salir".
El argentino también reflexionó sobre el impacto emocional de ser dejado de lado justo después del mayor triunfo de su carrera, levantar la Copa del Mundo en Qatar con Argentina: "Los primeros meses fueron difíciles porque no entendía por qué me estaba pasando esto, en la cima de mi carrera, después de haber ganado una Copa del Mundo. Pero la vida a veces te da estas sorpresas y golpes. Me mantenía en marcha, como: '¿Por qué tienen que retirarme del fútbol de esta manera si no quiero y no es mi momento?' ¿Por qué deberían dos o tres personas con trajes y corbatas, que nunca han practicado deportes, decidir cuándo debería retirarme?"