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Scotland v Denmark - FIFA World Cup 2026 QualifierGetty Images Sport

Christensen evalúa su futuro en el Barcelona con interés de la Premier League y Arabia Saudita

  • El futuro de Christensen sigue en el aire

    El central danés de 29 años, descrito por el diario AS como un “agente libre enigmático”, atraviesa un momento delicado en su carrera. Su contrato expira en junio de 2026, lo que le permite, a partir del 1 de enero, negociar libremente un preacuerdo con clubes extranjeros. Mientras el calendario avanza, el silencio de la directiva del Barcelona sobre una posible renovación resulta cada vez más elocuente.

    Desde su llegada en 2022 procedente del Chelsea a coste cero, Christensen se ha caracterizado por una fiabilidad discreta. Poco dado al protagonismo, ha preferido que su rendimiento en el campo hable por él. Con Xavi Hernández fue una pieza clave en la defensa campeona de LaLiga, y bajo la dirección de Hansi Flick ha reafirmado su utilidad como un jugador versátil, incluso capaz de actuar en el centro del campo cuando el equipo lo necesita. Sin embargo, pese a su regularidad, nunca ha logrado consolidarse como un titular indiscutible. Las lesiones han sido un factor determinante, interrumpiendo su continuidad justo cuando parecía afianzarse en el once inicial.

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  • El 'enigma' del Camp Nou

    Christensen es un futbolista que aparece y desaparece del foco mediático, con actuaciones generalmente sobrias pero eficaces. Sin embargo, la disponibilidad suele ser la mejor virtud, y su historial de lesiones ha generado dudas dentro de la jerarquía del club. Con el Barcelona enfrentando de forma constante las restricciones del juego limpio financiero, cada euro destinado a la masa salarial debe estar plenamente justificado. La irrupción de Pau Cubarsí y la recuperación física de Ronald Araujo han relegado al danés en la jerarquía defensiva, convirtiendo su salario en un posible objetivo dentro de las medidas de ajuste económico.

    Según un informe de AS, el Barcelona “no tiene prisa” por ofrecerle una renovación. El club valora su profesionalismo, pero también es consciente de que se trata de uno de sus pocos activos con mercado que podría marcharse gratis si no se toman decisiones a tiempo. Esta falta de urgencia ha abierto la puerta a clubes interesados, dispuestos a ofrecerle un rol más protagónico y un contrato económicamente más atractivo.

  • ¿Premier League o Pro League?

    La Premier League sigue siendo una opción atractiva. Newcastle ha seguido de cerca a Christensen desde hace tiempo, valorando tanto su experiencia en Inglaterra como su capacidad para iniciar el juego desde el fondo, cualidades que encajarían como un refuerzo ideal para su línea defensiva. Un regreso al fútbol inglés le permitiría competir nuevamente en la liga más exigente del mundo, con la posibilidad de convertirse en titular en un proyecto con aspiraciones a la Champions League.

    No obstante, el poder económico de la Pro League saudí tampoco puede pasarse por alto. Los clubes del Golfo ya han puesto sus ojos en jugadores del Barcelona con roles secundarios, y el perfil de Christensen encaja plenamente en esa estrategia: un futbolista contrastado en la élite europea y aún en plena madurez deportiva. Los contratos libres de impuestos que se manejan superan con creces cualquier oferta posible en Europa, lo que supone una oportunidad financiera determinante para un jugador que se aproxima al último gran contrato de su carrera.

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    Una decisión que tomar

    Para Christensen, la decisión va más allá de lo económico; es profundamente personal. En reiteradas ocasiones ha expresado su felicidad en Barcelona, donde disfruta del estilo de vida y del prestigio que implica vestir la camiseta blaugrana. Su familia está plenamente asentada en la ciudad, y un nuevo cambio de país no es una elección que se tome a la ligera. Sin embargo, el orgullo profesional también entra en juego. A sus 29 años, es un futbolista demasiado consolidado como para conformarse con un rol secundario. Si el Barcelona no puede garantizarle continuidad ni ofrecerle un contrato acorde a su valor, la salida podría convertirse en la opción más sensata.

    Con la llegada de enero, el control de la situación pasa a manos del propio Christensen. Puede optar por agotar su contrato y confiar en sí mismo para asegurar un movimiento en verano, o bien forzar una resolución en el mercado invernal. De momento, sigue siendo el hombre silencioso del vestuario azulgrana, pero su futuro está a punto de dejar de pasar desapercibido.

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