América vs Monterrey: Más que una Final memorable de la Liga MX, es una nueva advertencia para el futbol mexicano y el Tri

Las estrellas mexicanas absolutamente podrían seguir brillando mientras América busca ganar su tercer campeonato consecutivo en torneos cortos y Monterrey espera arruinar la fiesta levantando su sexto trofeo de liga y el primero desde 2019.

El América se apoya en su delantero y capitán Henry Martin y el guardameta Luis Ángel Malagón. Rayados está recuperando al defensa central Víctor Guzmán de una lesión, y podría integrarse en una línea defensiva que también incluye al actual lateral izquierdo Gerardo Arteaga y al veterano Héctor Moreno.

Sin embargo, la final mostrará en gran medida a estrellas que no son de México.

La influencia extranjera ha sido a menudo una fuerza positiva en la Liga MX. El delantero francés de Tigres, André-Pierre Gignac, por ejemplo, se ha convertido en una leyenda del club, ganándose el apodo de "Mr. Liguillas" por sus electrizantes actuaciones en la postemporada. La Selección Nacional de México también se ha beneficiado de jugadores sudamericanos, como el delantero de Rayados Germán Berterame y el ex extremo del América Julián Quiñones, ambos de los cuales representaron al Tricolor tras convertirse en ciudadanos naturalizados.

Sin embargo, esta creciente dependencia de extranjeros ha generado preocupaciones entre los directores de la liga, lo que ha llevado a esfuerzos por imponer límites más estrictos sobre el número de jugadores extranjeros permitidos en el terreno de juego. Para promover el talento local, la liga introdujo una regla que requiere que los equipos proporcionen 1,000 minutos a jugadores jóvenes cada temporada. Sin embargo, lagunas como otorgar crédito por apariciones en el Campeonato Sub-20 de la Concacaf permiten a los clubes principales apenas cumplir con el requisito o eludirlo por completo.

Las reglas no están funcionando. Entrenadores y directores deportivos se pronunciaron en su contra durante toda la temporada por la forma en que obstaculizaban sus propias cronologías de desarrollo para sus jugadores jóvenes. Ahora, es probable que la liga elimine las reglas por completo.

Hay esperanza, sin embargo, incluso entre los equipos que llegaron a la final. El centrocampista local Iker Fimbres, de 19 años, se convirtió en el héroe de Monterrey en el Clásico Regio con un par de goles para hundir al rival Tigres. Ha mantenido su puesto como titular, aprendiendo de los importados de España y Argentina. Rayados también ficharon al prometedor mediocampista mexicano Fidel Ambriz durante el verano.

Roberto de la Rosa, también, ha destacado. Un delantero mexicano de 24 años que durante mucho tiempo se ha considerado un futuro jugador de la selección nacional tras desarrollarse en Pachuca, el entrenador de Rayados Martin Demichelis lo ha favorecido, aunque una lesión sufrida en la semifinal podría significar más tiempo de juego para el internacional estadounidense Brandon Vazquez.

Ambos porteros son mexicanos, aunque Monterrey solo está alineando a Luis Cárdenas debido a una lesión del argentino N.º 1 Esteban Andrada.

En otros países, jugadores como De La Rosa, Ambriz y el mediocampista de América Sánchez saltarían al extranjero tras mostrar su potencial a una edad temprana y ganar minutos en el primer equipo. En México, se trasladan de clubes de nivel medio a la élite con acuerdos millonarios, ya que los principales equipos de la Liga MX pagan más de lo que cualquier club extranjero está dispuesto a ofrecer. 

Este es el verdadero problema. Que los clubes de la Liga MX con recursos convenzan a Canales, Gignac o Fidalgo de venir a la liga es positivo para los fanáticos y los clubes. ¿Por qué no querrían sintonizar para ver a estrellas en lo más alto de su futbol ganando trofeos para sus equipos? Sin embargo, el problema es que deberían destacarse en la Liga MX, mientras los jóvenes jugadores mexicanos reciben la mejor preparación posible y enfrentan una competencia de alto nivel en las ligas europeas.

En cambio, se quedan en casa, yendo a Europa demasiado tarde para aprender lecciones críticas o jugando papeles secundarios en campañas por títulos que solo hacen más probable que permanezcan en México para toda su carrera doméstica. Es un problema que Javier Aguirre ha tenido que sortear en su tercer periodo como entrenador de México, teniendo un grupo de selección nacional que no se está poniendo a prueba regularmente con los mejores del mundo a nivel de clubes.

La final será una buena vitrina de lo mejor de la Liga MX, y deberíamos ver grandes juegos el jueves y el domingo. Sin embargo, no será una buena vitrina del talento mexicano, algo que debería preocupar a los líderes de la Liga MX, a Aguirre y a la legión de fanáticos de El Tri en América del Norte.