OPINIÓN
Saúl Ñíguez está manifestando en este europeo sub-21 todas las virtudes y progresión que lleva un tiempo mostrando en el Atlético. Saúl afrontaba el partido lejos de los focos, dejando la atención al madridista Asensio y a Deulofeu, quien podría llegar al Barcelona esta semana, incluso había más miradas sobre Donnarumma, tras las dudas sobre su futuro y la posibilidad de recalar en el Real Madrid.
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El futbolista ilicitano ha culminado su habitual excepcional trabajo en la medular con tres espectaculares goles. Algo habitual en el jugador rojiblnaco, quien parece predestinado solo a anotar bellos tantos, mientras devora kilómetros en el césped y tacha las tareas encomendadas por el entrenador.
Alemania espera ahora en el horizonte, en la final del torneo, a esta ilusionante selección española con muchas prometedoras estrellas en todas las posiciones, desde Kepa a Ceballos, pasando por Llorente o Jonny. Precisamente fue ante otro plantel germano, contra el Bayern en Champions, donde Saúl se presentó en sociedad para los seguidores menos conocedores de su estilo y juego. Tras este europeo ya no hay duda de que su nombre será mundialmente conocido y que los focos se han posado definitivamente sobre él.