Colombia borró a Polonia de la Copa del Mundo de forma anticipada y los dirigidos por Adam Nawalka, que jugarán por cumplir ante Japón, evidenciaron que su puesto en la élite no pasa de ser circunstancial: su presencia en Rusia tiene directa relación con la influencia de un genio, un proceso de Eliminatorias demasiado sencillo y una táctica para no arriesgar su sitial entre los cabezas de serie.
Quedó afuera el primer favorito de grupo. El favorito que arrancó su ruta a la cima venciendo a la Alemania campeona del mundo, con autoridad, a fines de 2014, cuando dejó claro que tenía el material para meterse en la última Eurocopa. Pasó el grupo, debajo de los de Löw, y por encima de República de Irlanda, Escocia, Georgia y el debutante Gibraltar. En la competición, celebrada en Francia, los penales perfectos de Portugal lo condenaron en cuartos de final, pero dejó una gran imagen: volvió a sumar contra los germanos.
Pasar por encima de Irlanda del Norte, Ucrania y Suiza los situó en el tercer bombo de cara a la clasificación a Rusia, desde donde consolidaron una idea enfocada en encontrar cómodo a su número 9: Robert Lewandowski anotó 16 de los 28 goles de la fase de grupos y solo un 4-0 sufrido ante Dinamarca en Kobenhavn los desequilibró en su camino triunfante... ante Montenegro, Rumania, Armenia y Kazajistán, todos inferiores y en subdesarrollo dentro del fútbol europeo.
Polonia, octavo del mundo según la FIFA, especuló: entre la Euro y el sorteo de Rusia jugó un solo amistoso (1-1 ante la frágil Eslovenia en casa) y así se hizo dueña de un lugar entre los cabezas de serie. Su verdadera cara vino después: ya con el privilegio concedido (que terminó rompiéndole sus planes, porque Senegal y Colombia le pasaron por encima), solo pudo con Corea del Sur y Lituania. Ambas jornadas marcó Lewandowski. Chile B les empató. Uruguay, sin Suárez, también (no estuvo el de Bayern tampoco). México y Nigeria lo superaron a domicilio. Y el capitán fue el único que le pateó a la resistencia de Ospina en Kazán. No habían más recursos. Bien enterrados quedaron los terceros lugares de Alemania 74 y España 82.
