Antes y después del gol de Diego Valencia, Colo Colo apostó por arrinconar a la Universidad Católica en su mitad de la cancha. Su intención no cambió jamás. Y aunque le costó marcar diferencias al Cacique, y le faltó la precisión para batirlo a Sebastián Pérez, sostuvo el control del balón desde la salida a cargo del cuadrado Amor-Falcón-Fuentes-Gil a la vez que su rival mostraba la propuesta más inteligente posible, que le permitía defender la ventaja mientras los minutos le jugaban en contra al local en Macul. El 2-1 final, a todo evento, demuestra quién es el mejor equipo del campeonato, que ahora entra en la hora de ratificar.
Se animó en el primer lapso el Albo del recién renovado Quinteros a doblar al tricampeón por las bandas. Merced a las pasadas de Suazo y Opazo, tanto Marcos Bolados como Pablo Solari no debieron encargarse de cubrir demasiado terreno y siempre se evidenciaron dispuestos a cerrar la jugada, aunque sin suerte ni ángulo de disparo.
Resumen y relato de Colo Colo 2-1 U. Católica
El que sí pudo emparejarlo fue Iván Morales, que en un inmejorable penal -de Valencia a Solari- falló frente a un Zanahoria fabuloso, que además se encargó de la insistencia de Gabi Suazo para desactivar el momento de mayor peligrosidad para su resistencia. La chance desperdiciada por el internacional con Chile elevó las dudas, el nerviosismo y el murmullo en el Monumental ante la intranquilidad del resultado, que los dejaba sin su preciado sitial de privilegio con el que comenzó el Clásico 180.
Paulucci trabajó el partido con calma. Si con el panorama en blanco ya le valían los toques de Pérez con Asta-Buruaga o Huerta, sus primeros escuderos, para así salir con solvencia, tras el tanto del Pollo el ex golero de Everton más bien apostó por los balones largos. Mientras quemó segundos, le llovieron proyectiles que nada más perjudicaron al club de quienes son hinchas los que los lanzaron.
Próximo partido
El pie del Colo era empatarlo para sostenerse en la punta. Por medio de su Pibe goleador, Solari, lo logró. No dio por perdida una oportunidad de oro para igualar y por buscarlo siempre encontró premio a 15' del término, en tiempos en los cuales era solo uno el que atacaba y otro el que resistía.
En el desenlace volvió la pasividad de los últimos clásico. Católica no tuvo las armas, Colo Colo erraba en el finiquito y la 'final' terminaba empatada para extender la agonía hasta el cierre. Eran fuerzas parejas en Marathon 5300, con 30 mil de blanco en las tribunas, y del campeón todavía no se podía hablar, pero en el último minuto del alargue Joan Cruz vio el claro y Javier Parragol le pegó con el alma, la misma que dejó en la era de la salvación y que reaparece en el juego más importante de la temporada.
