El pasado domingo, ante Osasuna, era uno de esos encuentros en el que el jugador siente que el partido no es como otros. El ambiente no es tan distendido dentro del vestuario y el silencio adquiere algo más de protagonismo. El futbolista se reclina sobre el respaldar de su sitio y repasa en su mente más concienzudamente su papel dentro del campo. Y eso hizo Fekir. En un tramo de la temporada donde el aficionado del Real Betis se cuestiona todo, hasta la innegable calidad del francés. El mediapunta se ató fuerte las botas y sacó el líder que lleva dentro.
El mapa de calor del galo, herramienta tan de moda ahora en el fútbol, revela que la zona de influencia del bético fue mucho más avanzada que las de sus anteriores choques, buscando más el perfil derecho del ataque de su equipo para tener posibilidades de disparo con su pierna izquierda. Y eso lo notó el Betis. Tocó la pelota 74 veces y realizó dos disparos a portería, uno de ellos apunto estuvo de convertirse en el primer gol del partido. Pero sobre todo, fue su aportación en los goles. Suyo fue el pase clave en el gol de Borja Iglesias, cuando habilitó a Aitor Ruibal (sin restar mérito al desmarque del canterano) para que pudiera dársela a placer al Panda.Y suyo fue también el pase clave cuando tocó un balón al espacio para que Joaquín pudiera dibujar una asistencia perfecta a Miranda. Máxima incidencia en los goles de su equipo. Además, los siete duelos defensivos que ganó denotan también la implicación defensiva.
Y es que cuando Fekir ha tenido más incidencia en ataque, el Betis ha tenido más opciones de ganar el partido. Contra el Elche, cuajó un buen encuentro interviniendo 62 veces. También disparó en dos oportunidades y le hicieron un penalti, aunque erró su lanzamiento y la posibilidad de marcar. Otra vez participó más en banda derecha, muy cerca del pico del área. Contra el Valencia (0-2) realizó similares números (68 toques) y pisó las mismas zonas del campo. En la victoria ante el Real Valladolid (2-0) sí tuvo una influencia directa marcando el primer gol de su equipo, desde los once metros. Aunque tuvo menos participación en el juego, 47 participaciones, al igual que en la victoria contra el Alavés, donde solo entró en juego en 38 ocasiones.
OptaMapa de acciones de Fekir contra Eibar (a la izquierda) y Osasuna (a la derecha). / Fuente: Opta
Por contra, partidos como el del Eibar dejan claro que cuando su participación no es tan relevante el resultado a favor se le resiste al conjunto verdiblanco. Contra los vasco el mapa de calor fue casi testimonial y solo algo marcado en zonas de ataque, también en banda derecha. Tocó la bola en 39 ocasiones, con un solo disparo a meta. El juego de toque sin profundidad se dejó ver en el choque ante el Atlético de Madrid (2-0). Jugó más apartado del área, en la zona ancha, y tuvo más contacto con el balón como reflejan sus 81 intervenciones tocando el esférico y solo un disparo. Tampoco estuvo acertado contra la Real Sociedad, bajando el número de balones tocados (48) y sin tiros a puerta. De nuevo en posiciones más retrasadas. Contra el Real Madrid registró su única asistencia hasta el momento de la temporada, pero no fue decisivo en el juego de su equipo. Otra vez pululando por el centro del campo en 53 toques sin verticalidad. De la misma forma que sus 51 aportaciones no sirvieron para crear peligro en la mala imagen ante el Getafe (3-0).
En total, 10 partidos que ha jugado el franco-argelino donde el Betis ha conseguido los tres puntos en cinco ocasiones y ha perdido en otras cinco. Y donde se saca en claro que la ocupación de espacios más adelantados del ‘8’ verdiblanco es más beneficioso para el equipo. Cerca del área, partiendo del pico derecho del ataque heliopolitano, su zona favorita, es la ubicación donde Fekir ayuda más para conseguir puntos. Aunque con un solo gol y una asistencia el juego del centrocampista debe ir a más.




