EDITORIAL
No hay mal que por bien no venga y si algo estimula la voracidad de Leo Messi, quien lleva una década siendo el argumento futbolístico más poderoso del planeta, son el Real Madrid y el Santiago Bernabéu. Nadie ha marcado más goles que el rosarino en el historial de Clásicos entre el cuadro blanco y el Barcelona. Se da la circunstancia que, además, se le da mejor el feudo madridista que el propio estadio azulgrana. De los 25 goles que le ha metido al Real Madrid, 15 han sido en el Bernabéu.
En la jornada 17 de LaLiga, la Pulga extendió su histórica racha: le marcó el segundo tanto al Real Madrid tras fulminar a Keylor en un penalti.
Su anterior tanto ante su eterno rival sirvió para que el Merengue viviera un punto de amargura en un final de temporada que cerró a lo grande. Messi privó a los blancos de una victoria en casa y esta noche tiene ante si dos retos que nunca ha logrado nadie vistiendo la casaca azulgrana: enlazar tres partidos consecutivos ganando en el Bernabéu a la vez que amplía sus registros goleadores. Hace dos años el Barcelona se impuso 0 a 4 sin su estrella, que reapareció en el segundo tiempo tras recuperarse de una lesión.
Pero con Messi todo es posible. Pocos jugadores pueden decir que han marcado 15 goles en el Bernabéu sin haber vestido jamás de blanco. Prácticamente triplica los 5 que ha metido Cristiano Ronaldo ante el Barcelona en el mismo estadio, aunque al portugués no se le da nada mal el Camp Nou, como demostró en la Supercopa de España, cuando marcó su undécimo gol en el estadio del cuadro azulgrana, estableciendo sus registros frente el eterno rival en 17 goles, lejos de los 25 de un Messi que en aquella ocasión solo pudo marcar desde los once metros.
