Maxi López se fue de River en 2005, tras un 2003 y un 2004 muy productivos, para pasar a Barcelona a cambio de seis millones y medio de euros. Allí, fue bicampeón de La Liga, levantó una Supercopa de España y ganó ni más ni menos que la Champions League en 2006. Una carrera de lujo, para quien para muchos fue uno de los peores refuerzos de la historia de la institución catalana. 14 años después, el propio futbolista reflexionó sobre aquellos años y dejó una curiosa descripción.
"Mis representantes fueron todos genios. Yo los ayudé un poco, no es todo fácil, el que está en el fútbol lo sabe. Hay sacrificio, te perdés muchas cosas. El representante es una persona bastante importante en la carrera porque muchas veces te acompaña, te muestra opciones... Tengo una lista larga de gastadas y las tomo con alegría siempre", reconoció el exesposo de Wanda Nara en el programa El que abandona no tiene premio.
"Jugué con Messi, Ronaldinho, Eto’o, Iniesta, Gatusso, Ibrahimovic… La experiencia que tuve con ellos fue increíble, fueron todos muy humildes. Me encontré con un Leo joven, chiquito. Éramos los únicos argentinos en aquel momento y nos ayudamos un poquito los dos con algunos referentes", analizó.
