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Guillermo quedó expuesto en la final: Boca jugó 85 minutos sin su mejor jugador

Los periodistas españoles se levantaban de sus asientos y se miraban entre sí. Le pedían explicaciones a los colegas que estaban al lado. La final de la Copa Libertadores en el Santiago Bernabéu era intensa y generaba tensión, pero de vuelo bajo para los que están acostumbrados a ver una vez por semana al Real Madrid. Por eso, cuando Darío Benedetto dejó el campo de juego por Wanchope Ábila a los 13 minutos del segundo tiempo, no entendieron lo que estaba pasando.

No se entiende lo que pasó con Benedetto. Guillermo Barros Schelotto decidió sacarlo cuando unos minutos antes había hecho un gol extraordinario, dejando en el piso a Maidana y definiendo con enorme calidad ante Armani. No se trataba solo del gol: el centrodelantero era de lo mejor a la hora de rebotar, pivotear, ganar pelotas divididas y descargar hacia los costados. Prolijo. Sólido técnicamente. Para nada nervioso.

Aunque está claro que físicamente no está para jugar un partido completo, el hecho de que Boca se haya perdido tanto tiempo sin su mejor jugador parece una verdadera locura. El Pipa, el jugador de más jerarquía, se perdió 58 minutos de la final más importante de la historia del club,

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Y más loco es pensar que no es la primera vez que pasa. En el partido de ida de la final ante River, Benedetto fue suplente. Ingresó en el primer tiempo por la casualidad de la lesión de Pavón. En ese partido, tampoco le costó nada demostrar que hace diferencia. Marcó un gol de cabeza, el 2-1 parcial, y fue fundamental para un equipo que lucía más que perdido en la Bombonera.

La calidad de los entrenadores se explica por las decisiones que toman. En esta final, Guillermo eligió no usar a su jugador por 85 minutos.

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