Lo menos importante de haber ganado la Copa MX Apertura 2018 es, precisamente, la obtención de un nuevo título. No es como que a Cruz Azul le sobren en las últimas decadas, pero el imponerse a Monterrey en la final pasa a lo secundario cuando se vislumbra el valor a largo plazo: el factor anímico de cara a la Liguilla.
LOS GOLES Y EL RESUMEN DEL PARTIDO
Cualquier definición en instancias de eliminación directa no suelen envalentonar a los seguidores de La Máquina. Los resultados están a la vista. Sin embargo, si bien ya sumaba una Copa en el 2013 y una Concachampions en la 2013-14, los Celestes saben que lo que les importa, les obsesiona, es la Liga. No fue un vendaval en el Estadio BBVA, de hecho la curva de rendimiento va en forma descendiente; sin embargo, los mano a mano son para adjudicárselos como sea, las formas también se reducen a un segundo término.
Eso lo entendió Pedro Caixinha desde el inicio, donde permitió que los regiomontanos asumieran la iniciativa y se presionaran a sí mismos por ser locales. Los visitantes, eso sí, rentabilizaban cada que tenían el esférico: congelaban un poco los embates de Rayados y luego replegaban mediante el contragolpe a través de, sobre todo, Elías Hernández. Ese hombre que sufre de personalidad múltiple en la Selección, donde desentona, y en La Noria vuela como con ese derechazo que abrió el marcador.
Próximos partidos
Caixinha —y Ricardo Pelaez claramente— no sólo trajeron a gente nueva que no cargaba con la presión de 20 años sin ligas, también recuperaron a elementos que ya estaban en la institución y empezaban a contagiarse de la carga psicológica. Uno de ellos era Martín Cauteruccio, quien no se asemejaba ni la sombra del goleador de San Lorenzo. Hasta que los dos susodichos lo rescataron.
El sentido de ubicación del uruguayo lo pone en ventaja respecto a sus rivales. Una facultad que sonaría obvio en un atacante, mas no es así. Resulta envidiable entre los '9' y recuerda a los mejores tiempos de José Saturnino Cardozo. Qué más da que no sea el más técnico cuando está donde tiene que estar.
Los capitalinos celebraron, sí. Alzaron las manos, gritaron, brincaron y se emocionaron... todavía con una dosis de mesura. Parece que Cruz Azul está de vuelta, amenaza con ello. No obstante tendrá que coroborrarlo en el certamen que más le urge: la Liga.
