OPINIÓN
Portugal es la primera finalista de la presente EURO. Contra todo pronóstico, quizás, visto cómo de irregular empezó su andadura en la primera fase del grupo más sencillo del campeonato. Sin embargo, irónicamente, el hecho de ser tercero de grupo (por detrás de Hungría e Islandia, inexplicablemente) le hizo caer en el lado más sencillo del grupo, facilitándole el camino: Croacia, Polonia y Gales. A cada ronda, un rival teóricamente menos y menos potente. Sin conseguir grandes partidos, pero sumando victorias como fuera, y acumulando confianza día tras día hasta llegar a Saint-Denis. De menos a más, hasta plantarse ante una nueva oportunidad para perder la virginidad en una gran competición después de tres semifinales y otra final desde 2004. Mucho tiempo entre los mejores sin lograr la guinda.
CRISTIANO, MÁXIMO GOLEADOR DE LA EURO
El fútbol le brinda así a Cristiano Ronaldo una nueva oportunidad de coronar su era con Portugal con un título. Sin ser la mejor Eurocopa del ‘7’, al final el líder luso estará presente en París el 10 de julio ante Alemania o Francia. Y lo hará, habiendo aparecido en los momentos clave de su gris selección en esta EURO. Con un doblete providencial ante Hungría en el último partido de la fase de grupos, y con un gol más una asistencia en las semifinales. Justo a tiempo para igualar a Michel Platini como máximo goleador histórico de la EURO, que no es poco. Justo a tiempo para llevarse el mediático pulso con Gareth Bale cuando el galés llegaba en su mejor momento desde que aterrizara en el Real Madrid.
Planeaba sobre el ambiente la posibilidad de que este partido pudiera ser un punto de inflexión en las carreras de Ronaldo y Bale. El día en el que el galés pudiera robarle su cetro al portugués. No fue así. Pese a que nadie puede olvidar la impoluta temporada del ‘11’ madridista, con una fase en primavera y verano realmente primorosa, tanto con su club como con la selección. Pero Cristiano Ronaldo volvió a aparecer cuando se le requería. Lo hizo esta temporada cuando Zidane entró en el vestuario blanco y todos daban ya al ‘7’ por desaparecido. Lo hizo también en la final de la Champions League en Milán ante el Atlético, con ese gol ganador en la tanda de penalties. Y ahora, ya en la final, se puede decir que Ronaldo también cumplió en esta Eurocopa, aun con la final por jugarse. Ronaldo tiene gen de ganador, gen de campeón, y se resiste a no lucirlo. Se resiste a ninguna ‘transición dulce’, pese a que el galés anda soplándole ya en la nuca.
Por otro lado, lógicamente, en este órdago a la grande que tenían Portugal y Gales, Cristiano y Bale, también entraba en juego la variable del Balón de Oro. Porque apenas quedan ya dos partidos para echar el telón abajo a la temporada, porque el ‘7’ y el ‘11’ son claros candidatos a él tras conquistar la Undécima y a la espera de su concurso en la EURO, y porque los jugadores blaugranas de la MSN seguramente aguardaban expectantes a que ambos madridistas se neutralizaran entre sí en pos de unos réditos involuntarios de cara a las votaciones para el balón dorado. Ni eso cedió Cristiano. Todo le salió perfecto. El día en que Messi era sentenciado judicialmente a 21 meses de cárcel por fraude, y crucificado por la opinión pública, Ronaldo tocaba el cielo de Lyon con su selección. Uno condenado, y el otro coronado. Era su día.
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