EDITORIAL
Si a la afición culé le hacían falta estímulos para tomarse la Copa del Rey con ilusión, buenos han sido los acontecimientos de la tarde, cuando inicialmente la jueza única del Comité de Competición, Carmen Pérez, le dio la razón al club antes las acusaciones de alineación indebida para luego meterse en el sorteo de cuartos de final y caer emparejado con el Sevilla, uno de los equipos más interesantes del bombo.
Obviamente un Clásico y la posibilidad de dejar con las manos vacías al Real Madrid en enero en dos competiciones era un caramelo, si bien también es cierto que en este caso habría tenido mucho más a perder el Barcelona que su eterno rival. El adversario que habrá que superar para pasar a las semifinales será el Sevilla, el equipo al que el cuadro azulgrana doblegó en la última final y también en la Supercopa de España disputada en Tánger, sin olvidar que se trata de la víctima favorita de un Leo Messi que con toda probabilidad dispute tanto la ida como la vuelta.
Es obvio que el cuadro andaluz ha crecido mucho en las últimas semanas y es tercer clasificado en la Liga por méritos propios. Siempre se toma los partidos contra el Barcelona de forma muy seria, aunque no siempre logre el éxito. Lo que está claro es que se trata de la eliminatoria más atractiva de los cuartos de final, tanto para los que siguen a estos dos equipos como para los que no. Empieza la Copa del Rey de verdad.
