Barcelona sufre por su estrella. A los 20 minutos del primer tiempo, luego de convertirle una vez más a Sevilla, Lionel Messi dejó inmóviles a todos en el Camp Nou, con un gesto de preocupación generalizado. El 10 peleaba por el balón y, en la caída, cargó con el peso de su cuerpo sobre su brazo derecho y rápidamente su rostro manifestó el dolor.
Después de algunos minutos donde los médicos intentaban trabajar sobre su codo afectado, con Leo tendido en el suelo y hasta con cierto mareo a la hora de intentar incorporarse, tuvo que ser vendado para inmovilizar dicha articulación y reemplazado por Dembélé.
Bajo una lluvia de aplausos, el rosarino se fue directamente a vestuarios sin pasar por el banco de suplentes y ahora todo dependerá del resultado de los estudios a los que deberá someterse de inmediato, ya que para Barcelona se viene una semana clave: el miércoles recibe a Inter por la Champions League y el domingo disputa nada menos que una nueva edición de El Clásico ante Real Madrid en Camp Nou.
