Primero llegó el dolor para Claudio Bravo: desgarro en la pantorrilla izquierda, en el clásico de Manchester disputado en abril. Luego, casi al mismo tiempo, la preocupación por su recuperación. Poco más tarde, el alivio se hizo presente al conocerse que podría participar en la Copa Confederaciones. Y, en estos días, apareció, más bien se escuchó, una alarma: ¿llegará bien a la competencia internacional?
Faltan apenas nueve días para que Chile debute contra Camerún y nadie se anima a pronosticar en qué estado estará el arquero. El miércoles, en la primera práctica del conjunto de Juan Antonio Pizzi en territorio ruso, el capitán del seleccionado chileno se entrenó aparte, quedándose en el hotel y realizando trabajos en el gimnasio para lograr un fortalecimiento muscular. El jueves, la historia no varió demasiado.
En el último amistoso, frente a Burkina Faso, su lugar lo ocupó Johnny Herrera, quien atajará también ante Rusia. El cuerpo técnico sabe que podrá contar con el futbolista del City para el debut en el torneo. La intranquilidad, en este caso, pasa por conocer el nivel que demostrará el protagonista en el campo de juego. Otro detalle: en el fútbol inglés, no tuvo una buena continuidad en el último semestre.
