James Rodriguez Argentina Colombia Eliminatorias Sudamericanas 01022022Getty Images

Una vergüenza más para una Colombia que perdió algo más que un partido ante Argentina

Más de lo mismo y poco de ideas claras, frescas o siquiera importantes, más de la improvisación que no gana partidos, de probar con cambios posicionales absurdos, tácticas improbables y un fútbol insulso, impotente y lejano de lo que llegó a practicar Colombia años atrás.

La identidad se diluyó en medio de la falta de direccionamiento, de liderazgo y de una serie de procesos que nunca lograron generar una filosofía de juego que pudiera hacer la transición de la Colombia de Pekerman rumbo a la Colombia del futuro, lo más grave de lo anterior es que se perdió hasta la vergüenza.

Salvo el sacrificio y buenos reflejos de Camilo Vargas, de la Colombia que enfrentó a Argentina no se salva nadie, defensas con los brazos abajo en cada mano a mano, un mediocampo condenado a no tener una sola idea y a esperar que jugadores que ya lo dieron todo por el equipo en otros momentos, tengan un chispazo de genialidad y aclaren el panorama, además de una delantera que se bloqueó, se entregó y se olvido de la esencia del fútbol, marcar esos goles que no se pueden cantar hace muchas fechas.

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A los culpables los señalará la historia, esa que por ahora es calara al demostrar que a la Tricolor la congelaron en el tiempo, pues a pesar de tener talento de sobra, naciente y experto, su obsesión con un pasado que ya quedó atrás le ha costado no renovar, no de una manera seria, constante y comprometida con todo lo que se puede conseguir y mientras que eso no suceda, Colombia estará condenada a volver a ser otra de las cenicientas de Sudamérica, esas que miran el Mundial por TV.

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