OPINIÓN
Era una de las decisiones donde más focos había puestos en este miércoles alrededor del partido del Real Madrid en Pilsen: ¿quién sería el portero merengue para Solari en la Champions League? ¿Mantendría a Keylor Navas en Europa, como había decidido Julen Lopetegui? ¿O por el contrario reforzaría su confianza en Thibaut Courtois, quien ya juega en La Liga? Y alrededor de las ocho de la tarde, el madridismo supo por fin la elección del técnico argentino. Imperó la lógica. Poco importó su etiqueta de interino, o lo intrincadas que pudieran estar las raíces de sus cancerberos en el vestuario. Solari, valiente, optó por la opción más espinosa, pero que a la vez era la más sensata: Courtois. Esto es, el mejor portero para la mejor competición.
El planteamiento es de lo más lógico. No pongan nombres, ni colores, ni escudos, ni camisetas. Qué entrenador, aficionado o especialista no escogería a su mejor jugador para los mejores partidos, o las mejores competiciones. Seguramente ninguno. Thibaut Courtois llegó este verano al Real Madrid después de una carrera, una edad y, sobre todo, una proyección que le avala sobradamente. Fue uno de los fichajes más sonados del mercado por la relación calidad-precio, incluso. Y de momento, sólo había jugado nueve partidos de blanco. Apenas dos más que Keylor Navas cuando ha transcurrido ya un cuarto de la temporada. Era ya momento de que la transición se completara. Y ha tenido que llegar Solari para poner orden bajo palos.
Keylor Navas se merece todo el respeto. Es un profesional impoluto. Luchador incansable. Un ganador. Tricampeón de Europa con el Real Madrid. Muy pocos pueden presumir de ello. El club blanco tuvo suerte de dar con él en 2014, de hecho. Y por todo ello, Julen Lopetegui quiso concederle su particular tributo dilatando lo que era inevitable: que Courtois tomara definitivamente los mandos de la portería blanca. Es la ley del fútbol, aun cuando el costarricense no hubiera cometido ningún pecado. Había llegado el momento del cambio. La estabilidad de un equipo hasta ahora quebradizo puede empezar desde la misma portería. Desde este mismo miércoles en Pilsen.
