Millonarios volvió a dejar dudas y ya son siete juegos sin ganar

Historia repetida y conocida en El Campín: un Millonarios superior, con ímpetu y control, que parecía iba a romper la defensa para pasar de largo y lograr una goleada, esta vez ante Bucaramanga, que lo leyó con facilidad para evitar dicha exhibición, llevándolo nuevamente al empate.

Pero lo visto esta noche no es más que la repetición de noches anteriores, como ante Pasto o en los Cuadrangulares ante Junior y Nacional. Millonarios perdió efectividad, por más que siga jugando bien y siendo el que imponga las condiciones. Dos goles en cinco partidos y siete juegos sin conocer la victoria, retratan que por más que Ruíz haya llegado para reforzar el ataque, aún falta en la ofensiva para ser determinante.

El gran problema de este Millonarios de Gamero es lo predecible que se volvió y lo fácil de enredar que es para sus rivales. Dos línea de cuatro, atentas y bien trabajadas son suficientes para llevar a los Embajadores al desespero y la frustración, las mismas que ya se sienten con intensidad en las tribunas luego de los partidos.

Un equipo lleno de virtudes, trabajo y características especiales, pero que se diluye hasta hacerse frágil con cada minuto que avanza sin poder anotar. El trabajo que le espera a Gamero no solo es táctico o técnico, también mental, para fortalecer a un grupo de jugadores capacitados para grandes gestas y obligados por la presión misma de los grandes a lograrlas.

¿Podrá Millonarios lograr recomponer en poco tiempo? Al frente ya tiene a Nacional, que también demostró a lo largo del año tener claves para descifrarlo y llevarlo al límite, por más que su actualidad diste en cuanto a lo emocional de lo ideal. Sin dudas, en Medellín, habrá un examen de fuego para el Embajador.

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