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Aunque el Barcelona tiene uno de los mejores equipos del mundo, la prensa brasileña e internacional ya comenzaba a extrañar las pocas oportunidades que venía recibiendo la mayor contratación del club en esta temporada 2018-19. Al final de cuentas, 25 minutos en el campo parecían muy poco para quienes llegaron a invertir 41 millones de euros en una de las transacciones más comentadas de esta ventana de transferencias. Malcom, sin embargo, no deja de luchar para tener éxito en el sueño que es vestir los colores del Barça.
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El pasado martes transformó ante el Inter, al poco de entrar, el gol que significaba la clasificación a los octavos de final de la Champions League. El brasileño ingresó en el mítico césped de San Siro, a los 81 minutos, en el lugar de Ousmane Dembélé y en su primera oportunidad llevó el cuero a las redes del Inter. Los italianos empatarían poco después, pero el resultado bastó para garantizar a los catalanes, con dos partidos de antelación y sin Lionel Messi, entrar en la fase de eliminatorias.
"Fue un gol muy importante. Además de ayudar al equipo en una competición como la Champions, vino en un momento en que yo lo estaba necesitando", afirmó Malcom en contacto con Goal Brasil, dejando claro que las especulaciones que ya lo colocaban en otros equipos no pasan de se rumores. "esas son informaciones falsas que no rompen mi confianza, pero anotar un gol para el Barcelona después de eso fue importante para mi confianza y estoy seguro de que puedo ayudar al Barcelona mucho más".
Esta perseverancia en el discurso siempre estuvo presente en la historia del paulista, bautizado en homenaje a uno de los mayores iconos del movimiento negro de Estados Unidos en las décadas de 50 y 60. Creado en la favela de Buraco Quente, en São Paulo, la pasión por el fútbol - presente hasta hoy - existió desde los primeros momentos de su vida.
Fue en 2008 cuando Malcom, que por entonces tenía 10 años, llamó la atención del Corinthians al comandar la goleada por 4 a 0 del Clube Esperia sobre el 'Timao' (modo como se conoce al Cortinthians). No tardaría en ascender desde la base de la entidad. Tanto, que así como desgraciadamente todavía sucede con cierta frecuencia en Brasil, necesitó abandonar los estudios para enfocarse absolutamente en su carrera deportiva. En 2014, año en el que fue subcampeón de la Copa São Paulo (siendo tres años más pequeño que otros jóvenes), firmó el primer contrato profesional y subió al equipo entonces entrenado por Mano Menezes.
© Daniel Augusto Jr/Ag. Corinthians
En la temporada siguiente, 2015, ocupó la vacante dejada por Emerson Sheik en el equipo entrenado por Tite y fue campeón brasileño. Malcom disputó 31 partidos en la competición, siendo titular en 29 de ellos, hizo cinco goles y vio crecer sus sueños. En 2016, el fútbol europeo abría las puertas a través del Burdeos, de Francia, y su adaptación sorprendió. Marcó 23 goles en 96 partidos con el Girondins. Las mayores potencias del mundo estaban atentos a su talento. Entre ellas el Barcelona.
Dentro del Camp Nou encontró una nueva familia (encabezada por Coutinho, Artur y Rafinha), pero no dejó la suya. Muy lejos de eso. En el caso de Malcom, una vez por semana habla con Alexandre Luis Pereira (suegro, para ser más precisos, es el padre de la novia de Malcom) por WhatsApp o FaceTime, generalmente cuando está hablando con Leticia (la hija de Alexandre). Y cuando viene a Brasil nos vemos. "Él viene en mi casa, salimos a comer, conversamos sobre fútbol, somos apasionados por el deporte", contó el suegro a Goal Brasil.
"Hablamos mucho sobre el Barcelona. Es normal tener conversaciones sobre un club con esa estructura, un sueño para todos los jugadores y aún más con un 'monstruo' como Messi. Tan pronto como llegó a Barcelona, mi primera pregunta fue sobre Messi. Me dijo que nunca había visto a un jugador tan completo, tan bueno ... También hablamos mucho sobre Corinthians. Nos conocimos hace tres años, cuando estaba a punto de conquistar el título brasileño en 2015 para su club de la infancia", agregó.
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Alexandre no esconde la felicidad por haber vibrado con el primer gol del yerno con el Barça, "uno de los mejores equipos del mundo" para el padre de Leticia. "Hablamos por mensaje después del partido, lo felicité, él me respondió diciendo que estaba muy feliz por el primer gol en la Champions y por haber tenido la oportunidad de jugar".
Malcom dice que es necesario "seguir en el camino" después de este momento especial. El jugador de apenas 21 años mira hacia adelante con sueños de un futuro cada vez más victorioso, aunque jamás se olvida del pasado que le dio tantos regalos.
"Todo lo que hice valía la pena. Tenía el sueño de ser un futbolista profesional, y luego mi sueño era ser campeón con mi primer club y después de eso soñé con jugar en Europa. Todo lo que soñaba podía lograrlo con mucho trabajo duro. Y hoy, estando en Barcelona, con grandes compañeros a mi lado, es muy bueno. Vale la pena cada sacrificio que yo y mi familia hemos hecho", concluyó Malcom.
