Colombia viene viviendo un recambio generacional en todos sus frentes, la era Pekerman pasó a los libros de historia y con ella quedaron para la posteridad grandes jugadores que tuvieron su momento y supieron dar un paso al costado para permitir que nuevos talentos aporten a la Tricolor.
El ataque ha sido uno de los dolores de cabeza del país cafetero en varios pasajes de su historia reciente y uno de los factores que ha incidido en lo anterior es el poco recambio que se ha dado en esta zona del campo en los últimos años, pues para nadie es un secreto que José Pekerman nunca dejó de confiar en el mismo puñado de atacantes a lo largo de todo su proceso.
En la Copa Libertadores, Miguel Ángel Borja, de Palmeiras y Wilson Morelo, de Independiente Santa Fe, se quedaron con el Botín de Oro. Con nueve goles cada uno este par de artilleros cordobeses se cansaron de romper las redes contrarias y se encumbraron en lo más alto del podio de artilleros. Un dato muy importante para el futuro seleccionador nacional.
En la Copa Sudamericana el cafetero destacado fue Nicolás Benedetti. Aunque no es delantero y mucho menos goleador, la estrella del Deportivo Cali se puso en lo más alto de la tabla de goleo junto a Pablo Felipe con cinco tantos. Otro talento para tener en cuenta en el proceso de recambio que exige, en adelante, la Selección Colombia pensando en la Copa América de Brasil y las Eliminatorias rumbo a Catar 2022.
El aporte realizado por jugadores como Radamel Falcao, Carlos Bacca, Teo Gutiérrez es innegable e invaluable, cada uno entregó el alma por su selección, pero el tiempo pasa factura y va siendo hora de mirar al futuro, sin apegos, ni idolatrías, entendiendo que el fútbol es un ente en constante cambio y evolución, donde tener a los mejores se hace vital para estar a la altura de los mejores, pensando en sumar algún trofeo a la vitrina.
