Cero y van tres. Con Paulo Autuori y su renuncia al Atlético Nacional, son tres los fracasos al hilo que la institución suma con técnicos foráneos. De ser más rigurosos, son cuatro fracasos con la salida forzada de Reinaldo Rueda, pues si bien se despidió con la Recopa y una Liga, las palabras en su despedida dejaron un manto de duda sobre el fondo del asunto.
No es casualidad que tanto Rueda, como Lillo, Almirón y ahora Autuori, hayan dejado frases para leer entre líneas al decir adiós. El factor común en todos fue insinuar que el problema de Nacional no era solo en la cancha con bajos rendimientos y pobres resultados, también que había algo más en lo profundo, pero ninguno se atrevió a señalarlo (o señalarlos) con claridad.
Después de los últimos tres partidos, ante Tolima, Cali y Fluminense -casualmente, los más importantes del semestre- quedó claro que la responsabilidad no solo recaía en hombros del brasileño, quien cometió errores en nóminas, planteamientos y cambios. Autuori puso lo mejor que tenía en el Maracaná y la respuesta desde la misma fue irrespeto: a él, como cabeza visible del grupo y a la camiseta más grande del país.
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El Verde tocó fondo y como ya se dijo, después de eso lo único que queda es levantarse. ¿Cómo? Para el club es claro que los jugadores tienen una gran cuota de responsabilidad en el fracaso y se tomarán las medidas que se consideren necesarias. Poco o nada importarán los nombres, su peso dentro del camerino y lo que hayan hecho antes. Se sabe que es hora de una renovación profunda y sensata, que le permita a Nacional cerrar ciclos inconclusos (algunos desde 2016) de manera sana y sin conflictos, buscando así garantizar un mejor ambiente para el técnico que venga. O como dijo Autuori, propiciar una mejor atmósfera.
En ese sentido, se puede dar por descontada la salida de jugadores como Omar Duarte y Deiver Machado, como quiera que sus préstamos finalizan el próximo mes y no habrá gestión para renovarlos, mucho menos comprarlos. En cuanto a rendimiento, habrá lupa y evaluación para jugadores como José Fernando Cuadradro, Helibelton Palacios, Gilberto García, Cristian Mafla, Juan Pablo Ramírez, Vladimir Hernández, Jeison Lucumí y Yerson Candelo. Pablo Ceppelini y Hernán Barcos serían de los pocos que se salvarían.
Próximo partido
En cuanto a ciclos se refiere, Cristian Vargas, Daniel Bocanegra, Alexis Henríquez y Aldo Leao Ramírez ya cumplieron a plenitud y llegó el momento de poner un saludable punto final a la historia, eso sí, con la altura que le corresponda a cada uno. Bocanegra y Ramírez están por finalizar contrato, por lo que una eventual salida no tendría mayores traumatismos, a Vargas se le puede buscar salida ya que hay varios arqueros juveniles pidiendo pista, mientras que Henríquez termina contrato en diciembre. Y si algo ha demostrado la directiva actual es carácter para los finales sin importar el apellido, caso Macnelly Torres, Dayro Moreno y hasta Diego Arias, en su momento uno de los capitanes y principales líderes del grupo.
¿Qué le queda a Nacional? Una base importante de juveniles, varios de ellos producto del buen trabajo del técnico saliente, así algunos cuantos lo quieran pasar por alto o minimizar. Kevin Mier, Juan David Ramírez, Hayen Palacios, Carlos Cuesta, Andrés Reyes, Nicolás Hernández, Cristian Blanco, Brayan Rovira, Sebastián Gómez, Andrés Perea y Sebastián Yabur son las nuevas caras que lideran la renovación. Son los nuevos nombres para arropar y respaldar desde la tribuna.
¿Quién puede ser el nuevo técnico de Atlético Nacional, ahora que Autuori se fue?
Viene también la tarea de conseguir un nuevo cuerpo técnico, misión difícil entendiendo la situación del club, del mercado y de perfiles que ha manejado la institución desde las épocas de Juan Carlos Osorio. Probablemente Nacional retome la idea de buscar un nombre de la casa, colombiano, con pasado exitoso fuera como jugador o técnico, plenamente identificado con los valores que representa el club y lo más importante, apegado al perfil: proceso a diferentes niveles (desde juveniles a profesionales) identidad de juego fiel a la historia y experiencia de peso para asumir en el momento más crítico de la última década.
Tras la salida de Almirón, Nacional fue fiel a esa idea, pero no encontró respuesta positiva: Luis Fernando Suárez en Equidad, Santiago Escobar en la Universidad Católica de Ecuador, Reinaldo Rueda en la Selección de Chile y Juan Carlos Osorio en la de México, solo por mencionar algunos de los nombres ajustados a esas características que surgieron en el panorama. El hoy muestra otras realidades en casi todos esos nombres, por lo que sería el trabajo inicial a realizar para intentar acertar en la elección. Veremos como se desarrolla todo y hacia dónde soplará el viento.
Finalmente, pero no menos importante, se hace necesaria una profunda reflexión y evaluación interna en todas las esferas. Revisar y depurar procesos que traigan mejores resultados en las gestiones, acertar más y mejor en las decisiones, escuchar los susurros antes que los gritos rodeándose de la gente correcta y reaccionar oportunamente ante el campanazo de alerta que significó la campaña del primer semestre. Arrancar de cero si es preciso, pero manteniendo la convicción y la institucionalidad. Hay 72 años de historia, 29 títulos y millones de hinchas ligados al nombre del club.
24 de mayo de 2019. Primer día de un nuevo Atlético Nacional.
