OPINIÓN
Toni Kroos está viviendo, quizás, su peor etapa como parte del plantel del Real Madrid. El alemán padece una crisis de juego en estos últimos meses agudizada porque los resultados y partidos no le acompañan ni con el conjunto blanco ni con la selección alemana, con la que deberá luchar por no descender de categoría en la Liga de la Naciones tras la debacle en la Copa del Mundo.
Los cinco meses más negros de Kroos
El mejor ejemplo fue la suplencia que vivió este sábado ante el Levante, donde no contó ni con minutos desde el banquillo, siendo Bale, Benzema y Ceballos los elegidos por Lopetegui para cambiar el aspecto a un Real Madrid cariacontecido.
La entrada al campo de los dos atacantes –Bale y Benzema- entra en la lógica por buscar más mordiente en la parcela ofensiva. Pero el ingreso de Ceballos en el terreno de juego es un detalle a tener en cuenta, evidenciando los galones que se ha ganado el sevillano en el esquema de Lopetegui, adelantando incluso al germano en sus preferencias como relevo en este duelo ante los levantinistas.
A ello se suma impropios errores en sus acciones -especialmente la de Moscú ante el CSKA- y las recientes declaraciones del centrocampista teutón donde indicaba que “no era un Casemiro”, aludiendo a su papel sobre el verde, el cual ha variado desde sus inicios deportivos en Alemania –casi de mediapunta- a su rol actual en el Real Madrid, más como pivote o mediocentro.
Sea lo que sea, lo que está claro es que Kroos no está al nivel de otras temporadas pasadas y que la titularidad del ‘8’ ya no está tan asegurada como en campañas anteriores. Al menos por ahora y desde que Lopetegui está al frente del Real Madrid.
