Uruguay 1916

Historia de la Copa América: 1916, el año que comenzó esta aventura

Sobraban los jugadores. Rebalsaban los hinchas. El fútbol se instaló en Sudamérica con una pasión que desbordaba todos los aspectos de la vida de inmigrantes y criollos que escapaban de las dificultades cotidianas gracias a esos momentos de goles, gambetas y caños. Pero el deporte precisaba organización, gente que se hiciera cargo, que por lo menos pusiera algún tipo de marco regulatorio. La Copa América nació a partir de ese sentimiento de necesidad.

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En 1916, el fútbol pasó a ser mucho más que una pelota

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El fútbol argentino crecía a pasos agigantados. La intención de crear un torneo que juntara al resto de los equipos sudamericanos parecía indispensable. A cien años de la Independencia, la Argentina se hizo cargo de una competencia que con el tiempo se convertiría en el certamen más prestigioso de estas tierras.

Pero no sólo se trataba de la competencia. Más allá de que en un principio todo parecía tener que ver con el fútbol, la primera edición de la Copa América, en julio de 1916, tuvo algunos otros aspectos. José Luis Muratore, ministro de Relaciones Exteriores de la Argentina, encontró al torneo como una precisa y elegante manera de juntar a algunos países de Sudamérica que habían tenido entre sí un pasado complicado. Sólo un año antes había firmado el Pacto ABC (No Agresión, Consulta y Arbitraje) entre su país, Chile y Brasil. El campeonato era otra buena manera de acercar posiciones. El fútbol fue una excusa que ayudó a forjar lo que años más tarde parece algo tan común: hermandad.

Argentina 1916

Al torneo también fue invitada la Selección de Uruguay, reconocida como una de las más fuertes del continente. Al final, la diferencia fue grande. A esa altura, los Celestes, que fueron los campeones, estaban un paso adelantados del resto. En el torneo, golearon a Chile 4 a 0, superaron a Brasil 2 a 1 e igualaron ante Argentina sin goles.

El campeonato fue una demostración de lo que representaba el fútbol para esa época. La gente abrazaba al deporte como un tesoro único e irrepetible.  Los estadios desbordaban, saturados por miles de fanáticos que querían ver a los mejores jugadores del continente. En la Argentina, el torneo se desarrolló en Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires (GEBA) y la antigua cancha de madera de Racing.

El último encuentro, entre Argentina y Uruguay, debía disputarse en GEBA, pero una multitud desbordó el estadio y el encuentro tuvo que suspenderse. Furiosos, los hinchas provocaron un incendio en las tribunas al conocer la decisión de parar el partido, que se jugó al otro día en la cancha de Racing. La locura era un fiel reflejo de lo que se vivía en la sociedad, en un país que se formaba con varias inestabilidades.

Entre los datos curiosos del campeonato resalta la historia de Isabelino Gradín: el uruguayo, goleador del campeonato con tres tantos, era, además de jugador de fútbol, récord sudamericano de los 200 y 300 metros.

Entusiasmado con el éxito de la competición, el dirigente uruguayo Héctor Rivadavia Gómez llevó a cabo un proyecto propio y, con el apoyo de dirigentes brasileños, argentinos y chilenos, fundó la Confederación Sudamericana de fútbol. La fecha elegida fue justamente el centenario de la Independencia de la República Argentina, el 9 de julio. Con la creación de la Conmebol, el torneo ganó connotación oficial, aunque en la primera edición no llevaba el nombre de Copa América. Fue la primera piedra de una organización que goza hoy de prestigio y pasión. 

Los resultados 
Uruguay 4 – 0 Chile
Argentina 6 – 1 Chile
Chile 1 – 1 Brasil
Argentina 1 – 1 Brasil
Uruguay 2 – 1 Brasil
Argentina 0 – 0 Uruguay

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