Cualquier persona podría suponer que, con bajas de enorme peso como Messi, Romero, Otamendi, Paredes o De Paul, la Selección argentina tendría problemas para enfrentar a un equipo con varias estrellas como Colombia. Pero no. Entonces, otra suposición: a menos de un año de la Copa del Mundo, Lionel Scaloni debería tener al equipo titular encaminado y dudas para completar la lista de 23. Pero tampoco.
No deja de ser llamativo que, con tantas ausencias, la Albiceleste haya jugado un partido que califica entre los mejores del ciclo, más allá del ajustado y mentiroso resultado. Si hubiera ganado por tres o cuatro goles de diferencia, hubiera sido más justo que el 1-0. Solo Camilo Vargas evitó lo que pudo ser una goleada en Córdoba y mantuvo en partido a un equipo absolutamente apático que lleva siete partidos sin convertir y se aleja cada vez más de Qatar.
Pero es necesario volver al "problema" que tiene y tendrá el DT hasta el puntapié inicial del Mundial en Medio Oriente. Porque es obvio que Messi va a estar, porque el Dibu es el dueño absoluto del arco, porque el Cuti Romero es el líder de la defensa, porque De Paul es un tractor en el mediocampo, porque Di María completó el proceso de redención y se refleja en cada ovación, porque Lautaro es un goleador implacable. Hasta ahí son seis. El resto, pura competencia interna.
Esta noche, Montiel y Acuña mejoraron lo hecho en Calama por Molina y Tagliafico, pero ninguno tiene el lugar asegurado; Otamendi parece una fija, pero Lisandro Martínez completó 180 minutos de elite; Paredes es protagonista de una situación similar, con Guido Rodríguez como relevo a la altura; Lo Celso tiene una categoría única, pero quién se anima a sacar al Papu Gómez. En un abrir y cerrar de ojos, cinco puestos sin un dueño definido, porque cada uno de los que se postula para ocuparlo tiene todos los pergaminos para hacerlo. Y todo esto sin contar a las múltiples alternativas que tiene en el banco, algunas utilizadas ante Chile y otras que tuvieron como premio jugar ante Colombia, como en los casos de Maxi Meza y Emiliano Buendía.
La racha invicta llegó a 29, Córdoba se rindió ante el campeón de América y la confianza sigue en ascenso. Mientras tanto, Scaloni continuará buscando la solución a uno de esos problemas sanos.
