En los últimos partidos del año, Boca se vio acechado por una serie de bajas que obligaron a Guillermo Barros Schelotto a rearmar el equipo de manera tal que, a pesar de las ausencias, el Xeneize pudiera mantener la idea de juego.
Y uno de esos movimientos que hizo el Mellizo fue retrasar unos metros en la cancha a Edwin Cardona , quien ante las lesiones de Fernando Gago y Darío Benedetto, y la suspensión de Pablo Pérez, pasó a jugar en el mediocampo conformando una línea de tres volantes junto a Barrios y a Nández. Una posición que Edwin no había ocupado antes en Boca (el DT lo puso siempre en el tridente ofensivo) pero sí en la Selección colombiana en los partidos ante Ecuador y Venezuela por Eliminatorias.
Y en esta nueva ubicación, Cardona volvió a ser determinante en Boca. Porque tuvo mayor contacto con la pelota, se movió por toda la cancha a diferencia de otros partidos en los que se recostó por la izquierda, y entregó buenos pases, además de la asistencia para que Vadalá ponga el 1-0.
Pero no sólo cumplió a la perfección con la tarea que le pidió Guillermo, si no que, además, el colombiano coronó su gran actuación con un golazo: apareció por la medialuna del área, enganchó con la derecha y definió de zurda para decretar el 2-0 definitivo que devolvió a Boca a la cima de la Superliga.
