Fekir Traore Depay Ndombele LyonGetty Images

El Barcelona, ante la próxima gran hornada del fútbol francés


EDITORIAL

No le fue nada mal el sorteo de la Champions League al Barcelona, quien en ningún caso puede relajarse lo más mínimo si no quiere repetir la experiencia en el Olímpico de Roma del pasado mes de abril. Es evidente que en la máxima competición europea no hay rival fácil pero también lo es que el Liverpool es un equipo a priori mucho más temible que el Lyon, descolgado en estos momentos de la cabeza de la Ligue 1, que ocupa el PSG con doce puntos más que los lioneses a pesar de haber jugado un partido menos.

En el último mes solo ha logrado una victoria, ante un Mónaco con un hombre menos, en los seis partidos disputados pero hay que tener en cuenta que faltan todavía dos meses para disputar el primer partido, que tendrá lugar en el Parque Olympique y las dinámicas pueden cambiar. El hecho de jugar el partido de vuelta en el Camp Nou da cierta ventaja al Barcelona, quien no olvida cómo la última vez que se midió al cuadro lionés, en los octavos de final de la temporada 2008-2009, acabó haciendo historia con el triplete.

Este año el barcelonismo sabe, dentro y fuera del club, que la Champions League es el gran objetivo de Leo Messi y los suyos. Lo han dicho por activa y por pasiva y hasta la fecha el equipo no ha demostrado en Europa ninguna de las pájaras que sí ha sufrido en la Liga. Pero el Olympique Lyonnais sufre en defensa mucho más que el Barcelona, especialmente desde que hace dos años perdió a Samuel Umtiti, actualmente uno de los centrales más cotizados del planeta y titular en la Francia campeona del mundo, no en vano presenta la peor defensa del bombo de octavos de final tras encajar once goles en seis partidos de la fase de grupos.

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Eso sí, en ataque el equipo francés tiene jugadores que prometen volar muy alto, como es el caso de Tanguy Ndombele, de solo veintidós años. De hecho, solo los defensas Marcelo Guedes y Jérémy Morel superan los treinta años. La media de edad de los centrocampistas y los delanteros supera en muy poco los veintiún años, señal inequívoca de que este equipo tiene tanta proyección como inexperiencia, justo lo contrario que el Barcelona, un equipo hoy veterano de Europa con poca proyección de crecimiento pero con experiencia de sobra para aplastar a cualquiera, empezando por la vivida en Roma. Que nadie cante victoria antes de hora.

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