Diego Costa volvió a jugar con el Atlético de Madrid este miércoles, por los octavos de final de la Copa del Rey. Y el regreso del hispano-brasileño al equipo capitalino tuvo de todo.
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El delantero de Lagarto saltó al campo de juego para enfrentar al Lleida sobre los 65' de partido, reemplazando al argentino Ángel Correa. Sólo tuvieron que pasar cinco minutos para que el ex del Chelsea viera puerta: empujó a la red un buen centro por bajo de Juanfran y estableció el 0-3 para los rojiblancos.
Sin embargo, enseguida se encendieron las alarmas para Diego Simeone y compañía: Costa amenazó con dejar el campo por un fuerte dolor en su pierna derecha, producido en el mismo instante en el que anotaba el terce gol del Atlético. Y es que en su intento de despeje, el defensa local Marc Trilles le había clavado las botas debajo de la rodilla al internacional por La Roja, algo que se vio claramente en las imágenes de la televisión.
Y aunque muchos temieron una lesión por los gestos que hacía Diego Costa, el también ex punta del Rayo Vallecano regresó al terreno de juego y pudo continuar el partido. Sólo había sido un susto. De hecho, hasta tuvo tiempo de protagonizar un encontronazo con Eneko Satrústegui.
“Costa sufrió un traumatismo directo en la cara interna de la pierna derecha que le provocó molestias en la rodilla en la jugada de su gol. En el entrenamiento de mañana se valorará su evolución y la necesidad de realizar pruebas diagnósticas o no”, rezaba el parte médico oficial emitido por el Atlético después del encuentro.
