Ni Liga, ni Copa. En tres días se terminó el año del conjunto caleño, que se perfilaba con candidato al título del campeonato colombiano y una mejor presentación internacional gracias al buen trabajo y fútbol mostrado a lo largo del año.
En tres días el Cali colapsó ante los ojos de todos, porque en el fútbol a los merecimientos hay que acompañarlos de hechos que desemboquen en resultados, algo de lo que careció ante Vélez en Buenos Aires y ante Equidad en la serie de la Liga.
Terminó desdibujado en la cancha, goleado, humillado, con expulsados y el rostro de Arias condensando toda la frustración posible. Al Cali le pesó la inexperiencia que un torneo internacional jamás perdona.
La abrupta terminación del 2020 para los Verdes del Valle deja sin sabores, porque tampoco se puede olvidar la eliminación en Copa Colombia y suma un papelón más a de por si ridiculizado fútbol colombiano. También dejará algunas enseñanzas valiosas en el sentido que aterrizó al equipo a un nivel más realista y desnudó todas las falencias que los resultados en el campeonato minimizaron.
Misión de Arias la de reconstruir, rearmar y reorganizar la idea. Sentó bases valiosas pese al huracán que lo terminó arrasando y recibió los golpes que lo obligarán a levantarse más fuerte.
