Dani Alves puede ser sinónimo de alegría y de diversión. Así, al menos, lo demuestra cada vez que puede en las redes sociales, subiendo videos para contagiarle felicidad a sus seguidores. Sin embargo, en la vida del brasileño existe también una preocupación gigantesca: nadie se anima a asegurar cuándo podrá volver a los campos de juego.
El defensor de PSG ya lleva casi seis meses sin disputar un partido oficial. El último fue el 8 de mayo, en la victoria frente a Herbiers 2 a 0, por la final de la Copa de Francia. En aquel fatídico día, sufrió un esguince en la rodilla derecha y una desinserción del ligamento cruzado anterior. Así empezó su calvario más escondido, por el que tuvo que decirle adiós al Mundial de Rusia.
Con 35 años, el ex-Barcelona pudo volver este miércoles a realizar un entrenamiento con el resto del equipo francés. Es un paso positivo, sí, pero, además, es un paso que no da pistas sobre cuándo volverá a disputar un encuentro profesional. Thomas Tuchel, su entrenador, aclaró que no quiere correr riesgos.
Mientras tanto, en su cuenta de Instagram, el lateral aprovechó para enviarle un mensaje a Jair Bolsonaro, el presidente electo de Brasil: “Que él pueda rectificar algunas cosas que se han hablado en su campaña y que pueda tratar a las personas como seres humanos, independientemente de las opciones sexuales, posiciones sociales o cualquier otra cosa”.
