Los cambios sistemáticos en el modelo de juego de los clubes de todo el mundo, empezaron a generar variables muy importantes incluso a aquellos que parecían siempre ajenos a las directrices técnicas y tácticas durante toda la historia de la pelota. Jamás se iniciaba una estructura y nunca se arrancaba un modelo, en base a la capacidad de su portero para ser el primero en focalizar protagonismo. El rol de guardameta es el que más ha trastocado globalmente lo que un día debía priorizar y lo que hoy debe ser su papel principal y, aunque es evidente que su objetivo número uno es y será el de evitar goles rivales con sus aptitudes pretéritas, igualmente es inevitable pensar que al dorsal 1 de cada equipo hoy se le piden mil detalles más que en cualquier otra época del deporte rey.
La Premier League, normalmente muy ajena a los cambios tácticos del fútbol y, quizás, la más recelosa de llevar a cambio innovaciones detallistas que desorganizaran una cultura de fútbol muy mecanizada a su modo de entender el deporte, ha tenido que meterse de lleno en la reinvención, algo que nunca desearon pero que les empezó a ser exigido cuando sus clubes más poderosos perdieron credibilidad y competitividad a nivel continental. Hoy, algunos de los mejores porteros, y no sólo por su capacidad para parar y obstaculizar los intentos enemigos, están curtiéndose en las Islas.
Allison (Liverpool):
Resultaría imposible que el club que está rompiendo todos los records de victorias, partidos sin perder, y puntuación legendaria en la historia de la Premier, no tuviera protagonismo. No es el portero brasileño el más protagonista de cuantos titulares se levantan cada semana en el entorno de Anfield, pero si escavamos y profundizamos, la realidad es que dentro de la aureola mística de los Reds a dia de hoy, una parte se debe s su enorme desempeño defensivo en el rostro de su guardameta. No es el más fiable con la pelota en los pies y, por ello, nos remonta a la línea inicial del portero, la de parar. Y Allison, en ese aspecto, aporta una seguridad increíble en los momentos donde su equipo alcanzó a sufrir este curso. Fiabilidad, tranquilidad, credibilidad y paradas que desestabilizan a los atacantes rivales. A principio de curso, una lesión le impidió jugar, lo que pone en valor, incluso más, sus números, pues sólo ha recibido 8 goles en 1465 minutos disputados. No olvidemos que, más allá de todo el brillo ofensivo, el Liverpool tiene portero.
Ederson (Manchester City):
Estaría el segundo de la lista y está actualmente justo por detrás de Allison en la selección brasileña, pero las temporadas de Ederson en el Manchester City empiezan a corresponderse con lo que el club citizen fichó cuando apostó todo por él desde el Benfica. No convencía a todos cuando ese movimiento parecía apuntar a una confianza ciega de Guardiola en su capacidad, pero ahora puede dudarse de muchos detalles en el entramado del equipo, pero jamás en la portería. Seguramente es el mejor portero con los pies de toda la Premier, aportó solvencia y, sobre todo, ha sido capaz de evitar amenazas constantes cuando el equipo defiende con la línea tan adelantada, lo que dejaría prácticamente sentenciados a muchos de los mejores porteros del planeta. Habrá cambios de cara a la próxima temporada pero ninguno se intuye como para sacar a Ederson de su papel protagonista.
Schmeichel (Leicester):
El milagro del Leicester campeón de la Premier de 2016, queda ya un poco lejos en lo que respecta a encontrar nombres de aquella gesta aun incrustados en el equipo actual, pero la portería fue, es, y todo apunta que seguirá siendo, el coto dominado por el gran danés. Carácter, personalidad, enorme liderazgo y un sin fin de elementos que suman al global como el mayor ascendente que se maneja en el vestuario de los Foxes. El proyecto tocó cielo y sigue regenerándose en todas sus líneas y hasta en su modelo de juego, pero ninguno de esos cambios tuvo como intención mover el nombre por el que arrancan todas las alineaciones de Brandan Rodgers. Kasper ya no es el hijo de Peter, sino un nuevo impulso a la hegemonía de los Schmeichel.
De Gea (Manchester United):
Prácticamente nada de lo que está sucediendo en Old Trafford estos últimos años, se corresponde con lo que debería estar pasando en el club más grande de la historia de la Premier. Y, sin embargo, pese a todos los momentos altos y algunas dudas por instantes de bajón de forma o de pérdida de seguridad, el intocable bajo palos sigue siendo De Gea. El portero español mejoró aquellas dudas generadas en sus primeros años cuando la pelota llegaba desde el aire y los contactos lo debilitaban. Una vez superado aquello, aportó paradas con los pies, siendo el mejor recurso de un guardameta diferente al resto. Cada curso acaba siendo la clave por la que los Red Devils mantienen el honor porque, de no ser por su portero, la crisis sería absolutamente desesperante. La renovación está en camino y nadie discute que el club puede necesitar cambios, pero ninguno para su número uno.
Rui Patricio (Wolverhampton):
Durante muchos años reclamé mayores honores a un portero que, quizás por haber guardado excesivo amor a su club de toda la vida, el Sporting de Portugal, no alcanzó el estatus que sus habilidades reclamaban. Un guardameta de enorme experiencia, solvencia, tranquilidad, con crédito tras haber sido campeón de Europa y de Nations League con Portugal y que desde hace dos años viene demostrando en Inglaterra que es uno de los mejores porteros desde el anonimato de no estar en un club que busque títulos cada curso. Los sueños Wolves nacen, crecen y se reproducirán, en gran medida, conforme al nivel que muestra el luso, seguramente el más infravalorad de toda Europa desde hace excesivos años. En el Moulineux, no tienen dudas, la primera estrella de su equipo está en la portería.
