EDITORIAL
"Nadie puede hacer lo que hace Andrés Iniesta" lamentaba Ernesto Valverde en la previa a la visita a Riazor. Como si ya preparara la próxima temporada, aunque seguramente pensando especialmente en tener al manchego lo más fresco posible en el Clásico de la próxima semana, el 'txingurri' se atrevió a sentar a Iniesta en Riazor para darle el timón del equipo a Philippe Coutinho, quien no solo no desentonó como catalizador del juego sino que además añadió el golazo con el que el Barcelona encarriló la victoria que le hace campeón de Liga dos años después.
El brasileño ejerció de interior izquierdo, la posición de Iniesta, y se dedicó a hacer jugar a sus compañeros. No en vano fue el jugador que más pases intentó y hasta alcanzó un impresionante 90% de acierto, unas cifras muy parecidas a las de Iniesta. Sin embargo, Coutinho añadió a su recital un golazo a pase de Ousmane Dembélé tras solo seis minutos de juego. Porque, en efecto, nadie puede hacer lo que hace Iniesta pero en la "búsqueda del equilibrio" que obsesiona a Valverde el brasileño va a tener un papel protagonista, pues donde el francés demuestra no entender demasiado los mecanismos del equipo -a pesar de ser el tercer mejor asistente del equipo en la Liga- Coutinho crece a pasos agigantados en cada partido que juega. Y eso que ambos se han perdido media temporada.
En Catalunya existe una expresión para no precipitarse. "Poc a poc i bona lletra" se suele decir ante cambios tan bruscos como el que pudo suponer el adiós de Neymar Da Silva, algo que se puede traducir con un "despacio y con buena letra". Eso es lo que ha hecho el entrenador barcelonista con los dos fichajes estrella este año, Coutinho y Dembélé, también obligado por las circunstancias pues el brasileño llegó a mitad de temporada y el francés apenas ha gozado de un puñado de oportunidades por culpa de las lesiones. Sin embargo, entre los dos certificaron la primera Liga de la era Valverde, con permiso de Leo Messi que con dos goles aseguró la victoria y la Liga.
Así, Iniesta puede estar tranquilo. Se irá consagrado como el jugador más laureado de la historia del Barcelona, junto a Messi, con treinta y dos títulos cada uno y la serenidad de ver que su relevo está listo para seguir por la senda abierta hace casi una década, cuando Pep Guardiola le dio el 'diez' al rosarino y le rodeó de pequeñajos que hablaran su misma lengua futbolística. Xavi Hernàndez ya no está y a Iniesta le quedan solo cuatro partidos. Cuando se vaya, Coutinho estará listo para la acción.
