Nunca se valora lo que se tiene hasta que te falta. Precisamente algo así es lo que ha pasado con Jorge Resurrección "Koke", capitán del Atlético de Madrid y uno de los jugadores de confianza de Simeone. Lleva casi 450 partidos defendiendo la camiseta rojiblanca, es un peso pesado del vestuario y está en el club desde que era un niño, pero es ahora cuando los aficionados del Atlético de Madrid empiezan a darse cuenta de la auténtica dimensión del vallecano y de su influencia en el juego colchonero. Sin Koke en el campo, el Atleti se ha desfondado. En cambio, cuando ha vuelto al terreno de juego, las sensaciones del equipo y sobre todo, los resultados, han sido muy diferentes. Koke no estuvo presente ni en la Copa del Rey, ni en la Supercopa de España.
Recayó de su lesión ante el Barça en la Supercopa y desde entonces, el Atleti sufrió mcuhísimo. Sin Koke se cayó ante el Madrid en la final de la Supercopa de España en Arabia. Sin él, llegó el batacazo ante la Cultural Leonesa en Copa, la derrots ligueras en Ipurúa ante el Eibar, el empate sin goles en casa ante el Leganés o también la derrota ante el Real Madrid en el Bernabéu. Sin Koke, el Atleti sólo ganó un partido, al Levante.
En cambio, con el capitán en el campo, el equipo de Simeone ha encadenado una racha de resultados positivos y además, ha mejorado sensiblemente en su juego. Con Koke en el verde, el Atleti ha recuperado su mejor versión y ha encadenado tres triunfos (Granada y Villarreal en LaLiga, Liverpool, en Champions) y un empate, cosechado en su visita a Mestalla. Koke asistió a Correa ante el Granada, botó el saque de esquina que propició el tanto de Saúl ante el Liverpool, marcó ante el Villarreal y además, en ese partido también asistió a Joao Félix para el tercer tanto rojiblanco. Los números cantan: con Koke, el Atleti es otro.
