Desnaturalizado desde el principio por dónde y cómo se jugó, con un trámite extraño, de pocas emociones y mucho roce entre los protagonistas, se cumplió un nuevo clásico antioqueño, esta vez en Envigado. Un clásico que quedará en la historia por no jugarse en el Atanasio Girardot, porque dejó poco más para recordar.
El primer tiempo se diluyó entre posesión del rojo y contra ataque del verde. El primero creó algunas opciones, tibias, sin mayor exigencia y el segundo solo tuvo dos claras: una desperdiciada por Angulo y otra que había terminado en gol de Gio, anulada por fuera de lugar de Pabón, el asistidor. De ahí en más, un juego cortado por las faltas y la intención de los verdes de acumular amarillas en varios hombres para llegar limpios a Cuadrangulares.
Cuadrangulares que tendrán la presencia de ambos clubes, pues el juego de esta tarde era más por el orgullo de imponerse ante el rival de patio que por la utilidad real que pudieran tener los puntos, si bien los dos están aspirando a ser cabezas de serie en la semifinal para sacar ventaja con ese ítem de desempate. Cuadrangulares que serán mucho más exigentes y que obligarán a ambos a mejorar, porque hubo puntos flojos de lado y lado.
En el lado de Atlético Nacional, puntualmente, un serio llamado de atención porque ya son tres partidos en línea sin ganar en la Liga, reviviendo el cierre del campeonato anterior que terminó con el fracaso de Alejando Restrepo. Si bien el equipo se vino abajo ofensivamente por las expulsiones de Pabón y Moreno, cuando ellos estuvieron en cancha el equipo pudo dar mucho más y ambos se vieron perjudicados por la férrea marca roja. Igual que Jefferson Duque, de nula presencia y que nuevamente llama al ‘Arriero’ a buscar la alternativa con Blanco u otra variante ofensiva que le devuelva fuerza en el ataque.
Tímido empate en el Polideportivo Sur con un equipo que quiso y no pudo y otro que se vio obligado a renunciar a él. Un partido que pudo ser un correo.
