Otra vez se lo pierde. Una vez más. Hace dos semanas había sido contra el Inter, en el Camp Nou. Días después, nada menos que en el Clásico frente al Real Madrid. Y este martes, en otra noche europea frente a los italianos, pero en el Giuseppe Meazza, Leo Messi es un espectador VIP para ver al Barcelona.
En la cita catalana contra los nerazzurri y en el duelo frente a los merengues, por LaLiga, Messi se había robado los focos pese a no estar sobre el césped. Fueron los primeros partidos de los varios que se perdería el crack argentino por la lesión sufrida contra el Sevilla en el campeonato doméstico.
Esta vez, a diferencia de las anteriores y por estar lejos de Barcelona, el cinco veces ganador del Balón de Oro no presenció el partido con su hijo Thiago. Lo hizo desde un palco y junto a su compatriota y vicepresidente del Inter, Javier Zanetti.
El internacional argentino se recupera de una fractura en el radio de su brazo derecho y los servicios médicos del club blaugrana estimaron, el pasado 20 de octubre, que su periodo de baja sería de unas tres semanas.
Sin embargo, La Pulga ya se entrena con sus compañeros y hasta viajó a Milán para el encuentro de esta noche, compromiso para el que quedó finalmente descartado a una hora del inicio.
