Cabe destacar que en su primera etapa en Santos era considerado una de las mayores promesas del fútbol brasileño: jugador revelación del Brasileirão en 2014 y 2015 y también máximo goleador de la Copa do Brasil en esos dos años. El Inter pagó cerca de 30 millones de euros después de maravillar en Brasil, pero las cosas no salieron como se esperaba. Con una cesión al Benfica que tampoco funcionó, ‘Gabigol’ regresó a Brasil. Allí donde fue estrella en los pasos iniciales de su carrera y en el que se labró una fama que no pudo trasladar a Europa.
Volvió a Santos y la rompió. Pasó de jugador roto a destrozar él mismo las redes rivales. Fue máximo goleador del Brasileirão (18 goles) con un equipo que en ningún momento luchó por el título y dejó muestras de volver a su nivel, a una zona de confort donde no hay nadie mejor que él. En 53 partidos con el ‘Peixe’ logró 27 tantos. Durante su periplo europeo de dos años apenas consiguió dos (uno con el Inter y otro con el Benfica).
En 2019, una nueva cesión: Flamengo. En el conjunto Rubro Negro ya es ídolo. Su estado de forma es sensacional. Actualmente es el líder futbolístico de un equipo que pelea por todos los títulos en Brasil: líder destacado en el campeonato doméstico con cinco puntos de ventaja respecto del segundo y semifinalista, con resultado a favor en la primera eliminatoria, en la Copa Libertadores. Hablando de sus registros personales, ‘Gabigol’ es el máximo anotador de la liga: 18 en 18 encuentros. Para rizar más el rizo, ha logrado 32 tantos en 2019 en 44 partidos.
Precisamente por eso se ha ganado su convocatoria para la selección brasileña. Campeón olímpico con Brasil en 2016, vuelve a representar a su país tras tres años de ausencia. Tite, siempre justo en sus decisiones, reconoció que la temporada le acredita de sobra para regresar al equipo nacional. Teniendo en cuenta los datos del año vigente, ningún atacante de la convocatoria se acerca a sus registros.
El que fuera (y para muchos seguirá siendo) juguete roto, brilla con más fuerza que nunca y tiene sus piezas bien engrasadas para ser el ‘9’ que Brasil necesita.