Es indudable que el FC Porto es uno de los equipos más grandes y exitosos del futbol portugués. Más de 60 títulos locales , dos Copas de Europa y dos Europa League avalan el poderío de los Dragones , que vivían horas bajas a lo largo de los últimos cuatro años, en los que no habían levantado ningún trofeo.
Reconocido en la última década como un club formador y que realizaba contrataciones a bajo costo para luego vender a sus figuras a las potencias europeas , la institución vivió horas turbulentas; entre cambios de técnico, de director deportivo y muchos jugadores que no dieron el ancho, la inestabilidad en el Porto era latente, con su máximo rival deportivo como beneficiado: Benfica.
Este sábado los dirigidos por Sergio Conceição rompieron la malaria, consolidándose oficialmente como campeones de la Liga NOS, gracias a la igualada entre Benfica y Sporting. En la Champions League, fueron eliminados por el apabullante Liverpool de Jürgen Klopp, mientras en la Taca de Portugal cayeron inmerecidamente en penales en la Semifinal ante Sporting de Lisboa.
Una de las claves del éxito fue cambiar la política de fichajes , apostando a mercados menos conocidos y encontrando auténticos pilares, como el camerunés Vincent Aboubakar, el malí Moussa Marega o el argelino Yacine Brahimi , además del magnífico aporte de los mexicanos Héctor Herrera , Jesús Manuel Corona y Diego Reyes , que se han ganado un lugar indiscutible en el once titular.
Fundamental fue para el Porto terminar el año consiguiendo el título de Liga, retomando de a poco la mística de equipo ganador y demostrando a los equipos europeos que los jugadores que los futbolistas aztecas pueden competirle a las potencias del balompié en el Viejo Continente.
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