Cuando se anunció la llegada de James Rodríguez al Bayern Munich, tras un agridulce paso por el Real Madrid , pero con el recuerdo aún fresco de su inolvidable actuación en Brasil 2014, la prensa y los aficionados permanecían a la expectativa de qué podía pasar con el colombiano en la Bundesliga.
ANCELOTTI LO LLEVÓ Y LA ALEGRÍA DURÓ POCO
La presencia de Carlo Ancelotti en el banco del gigante bávaro parecía ser garantía de que James, por lo menos, tendría el respaldo del técnico; algo que no sucedió desde la llegada de Zidane al banco del Madrid, sin embargo, todo se fue a pique cuando las leyendas del camerino le armaron la ruta de salida al DT italiano en menos de un mes. Con la salida de Carleto, James volvía a quedar a la deriva.
HEYNCKES LE DEVOLVIÓ EL NIVEL
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El periodo post Ancelotti no trató bien a James, que parecía no encajar en el camerino y que aún tenía que derribar la barrera del idioma, fue entonces cuando llegó Jupp Heynckes, otro veterano entrenador, quien a su llegada dijo: "Cuando llegué al Bayern el 7 de octubre, James estaba un poco hundido (...) No estaba en buena forma, no se encontraba bien. Hablé mucho con él y fue ganando confianza".
Bajo las órdenes del alemán James volvió a brillar, enamoró a la hinchada con su magia, su gran visión del terreno de juego y esa zurda maravillosa que daba pinceladas en cada partido, parecía que el crack cafetero renacía y se adueñaba de un lugar entre las grandes estrellas del equipo más ganador en la historia de la Bundesliga.
KOVAC Y UN ARRANQUE QUE ILUSIONABA
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Luego de una de sus mejores temporadas en Europa, James no tenía discusión para lo que venía en el proyecto del Bayern y el pago de 42 millones de euros por su pase parecía un hecho consumado, fue entonces cuando el destino volvió a girar y un Heynckes cansado anunciaba su retiro; vendrían más días de sombra para James.
Para el inicio de la temporada 18/19, James se encontraba motivado, tomaba clases de alemán, se había integrado al estricto camerino de su club y gozaba de plena forma física, con la llegada de Nico Kovac parecía que James tendría que revalidar todo lo que había conseguido en el curso pasado, sin embargo, el nuevo y joven entrenador le otorgó un voto de confianza que hizo que el colombiano se adueñara del puesto y explotara sus mejores cualidades.
LESIÓN Y AL OLVIDO
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Todo marchaba bien para el 10 de la Tricolor, que se preparaba para la Copa América de Brasil con la ilusión de llevar a su selección a la instancia final, pero el destino tenía otros planes y una vieja lesión en el soleo sacaba a James de competencia justo cuando el Bayern luchaba por la Bundes contra el Dortmund, al que le remontaba días después para adueñarse del primer lugar y terminar la campaña sin contratiempo, algo que terminó por condenar a James a la tribuna cuando se recuperó de su lesión, a lo que se sumó una cada vez más dilatada relación con el entrenador de turno.
FIN DE LA ILUSIÓN...
A mediados de 2019 y después de 67 partidos, 15 goles, 20 asistencias, 11 lesiones y cinco títulos con el Bayern: 2 Bundesliga, 2 supercopas de Alemania y una Copa de Alemania, la historia de su paso por la Bundesliga llegaba a su final, tras no lograr convencer a los directivos de hacer efectiva su opción de compra y quedando a deber tras ilusionar por momentos con ese gran nivel que, en Alemania, tampoco pudo ser.