A pesar de que sobre el inicio lució conservador con la pelota, el colombiano comenzó a desarrollar sociedades con Ribery y Robben, haciéndose importante en el medio campo del club alemán, que comienza a ver el potencial del número once.
James fue el primero en buscar el arco rival con un remate de cabeza que llegó a manos del arquero, luego tuvo varias intervenciones importantes, asistiendo a sus compañeros y levantando centros al área que generaron opciones de gol para su equipo.
En la segunda mitad se le vio más participativo, lazándose al ataque y convirtiéndose en socio permanente del ataque, tuvo la confianza de Ancelotti para permanecer en el terreno de juego y de paso demostrar que está en perfectas condiciones físicas.